Con un presupuesto de 18 millones de dólares, Teléfono Negro fue una de las más grandes sorpresas en crítica y recaudación en el cine de horror de 2022. En un panorama donde la industria continuaba batallando con salir de la crisis financiera provocada por la pandemia de COVID-19, películas con bajo presupuesto eran abordadas con mucho más cuidado ante un potencial ingreso mayor si es que la calidad del filme, y el boca en boca de la audiencia, eran lo suficientemente fuertes como para levantar su popularidad, lo cual finalmente sucedió con esta primera parte.
Combinando elementos detectivescos y sobrenaturales, además de derivarse de una historia original escrita por Joe Hill, hijo de Stephen King, el filme atrapó rápidamente a las audiencias, en especial con las actuaciones de su dupla protagónica encabezada por Mason Thames y Ethan Hawke, quienes entregaron un asombroso trabajo en sus respectivas áreas, con Mason sorprendiendo con su habilidad para llevar el filme sobre sus hombros a tan temprana edad, y Hawke siendo un antagonista despiadado y calculador.

Con una recaudación 161 millones de dólares, la disponibilidad de los actores y el director, y la declaración abierta de Joe Hill de su deseo por escribir una secuela, era imposible no imaginar un nuevo proyecto llegando a los cines: ¿podrá este filme replicar el éxito de su antecesora? ¿Qué aporta esta secuela a la potencial franquicia?
Así llega Teléfono Negro 2. Dirigida por Scott Derrickson (Doctor Strange, Líbranos del Mal), y protagonizada por Mason Thames (Teléfono Negro, Cómo Entrenar a tu Dragón), Madeleine McGraw (Toy Story 4, Los Mitchells vs las Máquinas), Ethan Hawke (Glass Onion, El Hombre del Norte), Demián Bichir (Godzilla vs Kong, La Monja), Jeremy Davies (Salvando al Soldado Ryan, Tornado) y Miguel Mora (So Help me Todd).
En esta secuela de horror, continuamos la historia de Finney Blake (Mason Thames), quien lidia con el estrés post traumático de haber sobrevivido y asesinado al Raptor (Ethan Hawke). Cuando su hermana Gwen (Madeleine McGraw) comienza a tener sueños sobre un campamento lejano que involucra al espíritu del Raptor, Finney deberá reencontrar su valor para hacerle frente y terminar con su ola de violencia de una vez por todas.

A diferencia de la primera película, Teléfono Negro 2 cuenta con un problema al encontrar su ritmo y su enfoque, especialmente cuando el primer acto parece estar decidido en qué tipo de historia contar y qué arcos de personajes presentar – al mismo tiempo que define las incógnitas suficientes como para complementar el desarrollo del filme –, pero cuando el segundo acto inicia, la historia se decide por caminos mucho más transitados dentro del género, delegando a toda característica propia – arcos, conceptos, personajes, etc. – a una mera estética que adorna al filme.
La mayor parte de estos conceptos, desgraciadamente, pertenecen al Raptor (Ethan Hawke), quien rápidamente cae en una categoría muy específica de villanos sobrenaturales en el cine, recordando a algunos de los más clásicos como Jason (Viernes 13) y Freddy Krueger (Pesadilla en la Calle del Infierno), pero repitiendo muchas de sus virtudes y defectos, dejando un personaje que sólo se sostiene de dos elementos: lo visto en el primer filme y un diseño propio que sí resulta efectivo.

Ethan Hawke, por desgracia, no tiene mucho que hacer en la película a nivel actoral en comparación con la primera, dejándolo sólo como una amenaza parcial con un objetivo relativamente sencillo. Lo anterior no es negativo, sino que el filme no sabe aprovecharlo de la mejor manera, quedando como una curiosidad que no alcanza la importancia que la historia asume que tiene.
El resto del cast, especialmente la dupla protagonista de Mason Thames y Madeleine McGraw, trabajan con lo que el guion ofrece, pero esto tampoco es un material que destaque. La relación de los hermanos, así como su relación hacia aquellos que los rodean, tiene muchas variaciones en tono y dinámica, lo cual llega a entorpecer algunas escenas, donde un solo personaje puede comportarse de manera volátil con otro, y voltearse para hablar tranquilamente con uno que también era parte de la misma escena, con el tono de la secuencia, perdiéndose entre el cambio.

Thames y McGraw cuentan con momentos genuinamente buenos, en especial cuando se trata de diálogos que exponen con claridad lo que pasa en la psicología de los personajes, pero el resto del tiempo no logran mantener esa calidad en su trabajo, atribuido al fallo del guion en muchos aspectos.
El resto de los personajes es meramente incidental. Se encuentran ahí para poder ofrecer apoyo a los protagonistas y cumplir con tareas, diálogos e información específica, lo que prácticamente los vuelve herramientas para la historia, abandonándolos con poco desarrollo y momentos forzados que lastiman el ritmo del filme.
Otro punto sumamente negativo, es el manejo de efectos especiales. Si bien el maquillaje destaca mucho en todas las secuencias en las que se implementa, el CGI queda a deber por completo, siendo totalmente evidente en todas sus escenas, especialmente en aquellas que son exteriores nocturnos.
Al final, Teléfono Negro 2 es una secuela que resulta ser inferior a la primera parte. Los temas, conflictos, dinámicas y personajes en sí mismos, no cuentan con el desarrollo necesario como para establecer su propia narrativa, cayendo en clichés del género que hacen de la experiencia una serie de comparaciones con otras historias, tanto buenas, como malas. La película se preocupa más por ofrecer una atmósfera – la cual parcialmente consigue – sin tomar en cuenta todo lo demás para mantenerla de forma efectiva. Se trata de un filme que, desgraciadamente, sólo es otro en una larga lista de películas de horror que resultan genéricas.
7/10

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