Desde su estreno en Broadway, Wicked ha sido una de las reinvenciones más famosas y adoradas que se han derivado de la franquicia del Mago de Oz. Publicada originalmente en el formato de novela, Wicked: Memorias de una Bruja Mala (Gregory Maguire, 1995), la historia se concentra en narrar el origen de la Bruja Malvada del Oeste desde una perspectiva que, en su momento, era completamente innovadora: la villana siendo presentada como un personaje que no era malvado, sino incomprendido y relegado por todos los demás, quienes la culparon de toda desgracia sólo por ser diferente, condenando su mundo a los hechos de la obra-película original, pero bajo una perspectiva completamente nueva.

Actualmente, el concepto de los villanos reivindicados es un tropo común dentro del cine contemporáneo, comenzando a construir su propio nido de clichés que han jugado a favor y en contra de otros filmes, tanto originales como remakes. Sin embargo, esto jamás detuvo la idea de una adaptación cinematográfica de Wicked, la cual siempre jugó con la idea de ser un espectáculo enorme que ofreciera una experiencia inolvidable.

Tras más de 20 años en producción, la primera parte de esta adaptación finalmente vio la luz en 2024, gozando de un éxito rotundo e inmediato. Las canciones bien desarrolladas, la escala del diseño de producción y el elenco estelar, encabezado por la dupla de Cynthia Erivo y Ariana Grande, catapultaron al filme hacia el estrellato, llegando hasta la nominación a Mejor Película dentro de los Premios Oscar.

Millones de fans en el mundo quedaron completamente enamorados por un filme que no se limitaba en ningún aspecto para crear lo que siempre prometió: un espectáculo musical de gran escala que debía disfrutarse en las pantallas de cine, el cual, en su momento, también recibió una agresiva campaña de marketing por parte del estudio para garantizar la mayor ganancia posible, reflejándose en una taquilla de 757 mil millones.

Con este trasfondo, sobra decir que los fans esperan un cierre a la altura de su predecesora, así como el estudio anhela repetir el éxito: ¿podrá este filme mantener la magia? ¿Es este el tan esperado y épico cierre que el estudio prometió desde hace un año? ¿Podrá repetir el éxito y llegar hasta las nominaciones más grandes como su predecesora?

Así llega Wicked: Por Siempre. Dirigida por Jon M. Chu (En el Barrio, Wicked) y protagonizada por Cynthia Erivo (Harriet, Malos Tiempos en El Royale), Ariana Grande (No Mires Arriba, Hombres de Negro: Internacional), Jonathan Bailey (Jurassic World Renace, Heartstopper), Jeff Goldblum (Asteroid City, Thor: Ragnarok), Merissa Bode (No Roles Written), Ethan Slater (Gen V, Elsbeth) y Michelle Yeoh (Cacería en Venecia, Transformers: El Despertar de las Bestias).

Ariana Grande y Cynthia Erivo vuelven a adueñarse de la pantalla con sus personajes, pero esta vez el guion no fue lo suficientemente fuerte como para aprovechar sus habilidades | Foto: Universal Pictures
Ariana Grande y Cynthia Erivo vuelven a adueñarse de la pantalla con sus personajes, pero esta vez el guion no fue lo suficientemente fuerte como para aprovechar sus habilidades | Foto: Universal Pictures

Comencemos con lo mejor. El diseño de producción se mantiene, indiscutiblemente, como lo mejor de toda la película. El filme vuelve a apostar por crear sets enormes, dinámicos y con un gran lujo de detalle, los cuales lucen espectaculares con su gran atención al detalle y apertura a la creatividad, convirtiéndose en espacios donde el color, las formas y las texturas conviven de forma armónica para hacer realidad este mundo mágico.

El filme no sólo conserva aquellos espacios de la primera película, sino que los expande para traer consigo lugares que juegan con esquemas de color y arquitecturas diferentes, ofreciendo una gran variedad de mundos que establecen su propia atmósfera y personalidad de forma inmediata.

Los vestuarios, por su parte, continúan creciendo sobre las bases de su predecesora, con estilos, colores y bordados que ayudan a fortalecer los arcos emocionales y psicológicos de los personajes, elaborándolos como piezas de ajedrez en el porvenir de la historia.

Sin embargo, la fotografía y la iluminación no hacen justicia a los escenarios y vestuarios. En el caso del primero, la cámara es mucho más estática que en la primera parte, anclando la experiencia a ciertos puntos de vista que no ayudan a mantener la escala de la narrativa, mientras que la iluminación llega a ser excesiva, devorando los interiores con luz sobreexpuesta que no deja espacio para la apreciación.

El filme continúa aprovechando su diseño de producción a la perfección. Los sets mantienen la escala de la película anterior y se atreven a mostrar nuevos mundos con esquemas de color y texturas diferentes | Foto: Universal Pictures
El filme continúa aprovechando su diseño de producción a la perfección. Los sets mantienen la escala de la película anterior y se atreven a mostrar nuevos mundos con esquemas de color y texturas diferentes | Foto: Universal Pictures

En cuanto a la historia, Wicked: Por Siempre cuenta con un serio problema de ritmo, pues la película está construida como un tercer acto extendido, lo cual implica que las dos horas de metraje no se concentran en elaborar una serie de arcos y elementos dramáticos con precisión, sino que toma por sentado que lo hecho por el filme anterior baste como para que esta experiencia sólo sea un desenlace extendido con grandes omisiones y distracciones, pues la inclusión de la trama original del Mago de Oz se entromete constantemente, ofrecida como una sombra que pronto llegará para juzgar a los personajes, pero que en realidad parece un pensamiento secundario que roba pantalla en momentos que pudieron utilizarse para un mejor desarrollo.

Lo anterior también afecta a las actuaciones, las cuales no se encuentran en su mejor lugar, en especial la dupla estrella de Cynthia Erivo y Ariana Grande, quienes, a pesar de mantener la gran química que demostraron durante el primer filme, su relación no se desarrolla de la manera más emocionante ni expande sobre las habilidades de ambas actrices, estancando el desarrollo de la historia en una zona de confort que no llega a una conclusión satisfactoria.

La presencia de Dorothy juega a favor y en contra del filme, pues a veces es un contrarreloj perfecto y en otros momentos se entromete con el ritmo general de la historia principal | Foto: Universal Pictures
La presencia de Dorothy juega a favor y en contra del filme, pues a veces es un contrarreloj perfecto y en otros momentos se entromete con el ritmo general de la historia principal | Foto: Universal Pictures

El resto del elenco tampoco tiene mucho para brillar, y es que los diálogos, así como la dirección del filme, parece caer del nivel marcado por su predecesora, dejando personajes inconclusos con momentos que son anunciados como enormes, pero con muy poca relevancia o elaboración dentro de la misma película.

A pesar de que este filme adapta por completo la obra y la novela del mismo nombre, Universal ya analiza la posibilidad de crear secuelas | Foto: Universal Pictures
A pesar de que este filme adapta por completo la obra y la novela del mismo nombre, Universal ya analiza la posibilidad de crear secuelas | Foto: Universal Pictures

Al final, Wicked: Por Siempre no es el digno final que fue prometido por el estudio y el director hace un año. Se trata de una historia que apenas y logra funcionar gracias a lo que el filme anterior construyó, pero que no logra evolucionar ni transformar hacia una experiencia satisfactoria. A pesar de que el diseño de producción es increíble, el guion y las actuaciones no logran sostenerlo, dejando una película que sólo es un tercer acto extendido sin mucho que agregar. Quizá esta vez, el espectáculo no valga mucho la pena en pantalla grande.

7.7/10

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