Puebla, rica en historia y patrimonio, invita a los visitantes a sumergirse en su pasado a través de cinco descubrimientos antiguos que ahora se han convertido en atractivos turísticos.

Estos sitios ofrecen una experiencia única al combinar la fascinación por la historia con la oportunidad de explorar el encanto del estado.

Los Lavaderos de Almoloya

Se construyeron durante el siglo XVII y es un lugar histórico donde las mujeres de aquella época pasaban hasta seis horas lavando la ropa de las familias más ricas de la ciudad de Puebla.

Durante varios años, estos lavaderos eran usados por las familias poblanas para lavar ropa, e incluso en este sitio se edificó un techo. Sin embargo, en 1983, cuando el río de San Francisco fue entubado, los lavaderos también fueron cerrados.

A principios del siglo XXI este patrimonio histórico pasó a manos una cadena hotelera hasta 2022, cuando nuevamente regresó a ser propiedad del gobierno de Puebla.

No obstante, estos permanecieron cerrados y hasta hace unos meses fueron abiertos al público en general.

Los Lavaderos de Almoloya están ubicados en la zona de San Francisco, Puebla y abren de jueves a domingo, en un horario de 10:00 a 17:00 horas.

Los túneles secretos de Puebla

A pesar de que por años se creyó que era una simple leyenda, hasta el 2014, gracias a la renovación de las tuberías de la ciudad, se encontraron los primeros túneles que conectaban con la ciudad, convirtiendo el mito en una realidad.

El acceso al recorrido denominado los Secretos de Puebla se realiza a través del Puente de Bubas, en el corazón del Centro Histórico, a unas cuadras de la catedral, en las calles de Bulevar 5 de mayo y 2 Poniente.



Actualmente, es un atractivo inmersivo, pues cuenta con iluminación, recursos audiovisuales y exposición de objetos encontrados como bayonetas y objetos de barro.

Hasta la fecha no se sabe con certeza quién los construyó ni con qué fin, pero lo que sí se sabe es que tienen técnicas de construcción de los siglos XVIII y XIX.

Los túneles de Puebla son ahora un gran atractivo turístico | Agencia Es Imagen para El Universal Puebla
Los túneles de Puebla son ahora un gran atractivo turístico | Agencia Es Imagen para El Universal Puebla

Hay teorías que dicen que estos túneles fueron utilizados para la defensa de la cuidad durante la batalla del 5 de mayo de 1862 contra el ejército francés, ya que en ellos fueron encontradas balas y armas durante su exploración.

Zona Arqueológica de Cholula

La Gran Pirámide de Cholula, mejor conocida como Tlachihualtepetl ("cerro hecho a mano”), es la estructura piramidal más grande del mundo por su volumen.

Debajo de la pirámide hay una serie de túneles que están intercomunicados, y te adentran al corazón de la pirámide.

Aunque, comúnmente se cree que los antiguos túneles fueron construidos por nuestros antepasados con fines ceremoniales, los túneles fueron excavados por arqueólogos en el siglo XX para entender la historia y estructura de este monumento religioso y arquitectónico.

Según datos oficiales del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en 1931, iniciaron de manera formal las exploraciones arqueológicas en la pirámide de Cholula, las cuales concluyeron hasta 1971.

Este antiguo asentamiento se ubica entre los municipios de San Andrés y San Pedro Cholula, a 117 kilómetros de la Ciudad de México y a sólo 6 kilómetros de la capital poblana.

Su construcción data de aproximadamente 3 mil 500 años, desde el periodo preclásico más temprano.

La Cantera de Tlayúa

Este sito se encuentra a tan sólo dos kilómetros al noreste del zócalo de Tepexi de Rodríguez y aquí es donde se resguardan fósiles de gran valor científico.

De acuerdo con la revista Arqueología Mexicana del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), este hallazgo arqueológico fue descubierto por don Miguel Aranguthy Juárez y su esposa doña Matilde Contreras González en 1962.

Descubrieron que las lajas extraídas de la cantera contenían esqueletos de peces y otros animales.

Fue así como en este sitio se encontraron miles de fósiles con una edad aproximada de 100 a 105 millones de años, los cuales estaban en perfecto estado, es decir, con sus esqueletos y otros elementos mineralizados (escamas, espículas, tejidos, etc.)

Posteriormente, en 1981, en el Instituto de Geología de la UNAM (IGLUNAM), comenzaron las primeras exploraciones paleontológicas en la zona.

Años más tarde, en un esfuerzo conjunto entre la UNAM, la familia Aranguthy y la señora Guillermina Palacios de Becerra, se inauguró el Museo Regional Mixteco-Tlayúa, el 30 de septiembre de 1989.

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