El rastro clandestino que fue clausurado en San Jerónimo Caleras afectó a otros 50 establecimientos que por el momento no pueden operar, informó la secretaria de Medio Ambiente municipal, Myriam Arabián.

“Se bloqueó una parte del colector que atiende a 50 de estos negocios, por lo cual no pueden estar operando si no acuden a regularizarse”, explicó en entrevista.

Sentenció que, aunque se clausuró uno, no pueden operar los otros que están dentro de esa área, porque ninguno de ellos tiene permiso de descarga al drenaje municipal.

“Las descargas están cargadas de sangre y vísceras, cosa que no vamos a permitir”, subrayó.

Indicó que ante tal panorama, el gobierno municipal intentará sanear las aguas del Atoyac.

Describió que se han detectado industrias que están contaminando de forma importante.

“Conjuntamente con Soapap, Agua de Puebla y Normatividad acudimos a revisar, hicimos muestras de los colectores y se tuvieron que clausurar. Estaba abierto uno de los mataderos clandestinos”, manifestó.

Por su parte, el titular de Normatividad, Enrique Guevara, agregó que el establecimiento que fue clausurado no tenía ni un solo permiso, es decir, no contaba con licencia de funcionamiento, ni número oficial o registros de Protección Civil o bomberos.

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