Entre los años de 1988 y 1992 el puso en circulación la , mejor conocida como , que fue acuñada en bronce y aluminio y formó parte de la última acusación de los llamados Viejos Pesos, la unidad monetaria que perdió tres ceros en 1993 a causa de la hiperinflación que vivió el país durante dos décadas.

De esta moneda se acuñaron en los cinco años en los que fue fabricada un total de 613 millones 500 mil piezas, lo que la hace un ejemplar común.

De acuerdo con la guía numismática , el valor de estas monedas circuladas es de 85 centavos de dólar, es decir unos 9 pesos al tipo de cambio actual, para las acuñaciones de 1988 a 1990.

En el caso de los años 1991 y 1992, debido a que se produjeron menos monedas y fueron parte de sus últimas acusaciones, su valor promedio entre coleccionistas es de 10 pesos.

Las monedas no circuladas, que se refiere a aquellas que están en un estado inmaculado de conservación, pueden valer 115 pesos la de 1988 y 1989, 110 pesos las de 1990, 140 pesos las correspondientes a 1991 y 150 pesos en el caso de las acuñadas 1992.

Debido al alto número de monedas que fueron producidas y por su valor numismático relativamente bajo, estos ejemplares son considerados “del kilo” ya que eventualmente se podría obtener más dinero por el precio que se paga por el peso de su material.

No obstante que es una moneda común, se conoce de la fabricación de dos ejemplares con acabado espejo en 1990, los cuales tienen un valor de 550 dólares, equivalente a 1100 pesos.

La moneda de 1000 pesos de Sor Juana Inés de la Cruz tiene un peso de 15 gramos, un diámetro de 30.5 milímetros y su canto es estriado.

El busto de la poetisa aparece orientada a la izquierda en 1/4, con el texto Juana de Asbaje en la parte inferior, y a la izquierda el valor $1000 en orientación vertical sobre la fecha de acusación

A partir del 1 de enero de 1993, estas monedas y toda la familia de los Viejos Pesos dejaron de circular para dar lugar al nacimiento de los Nuevos Pesos, la moneda que perdió tres decimales para simplificar las transacciones de bienes y servicios que llegaron a cotizarse en millones de pesos para bienes de consumo común.

Esta ha sido la única moneda en la que ha aparecido Sor Juana Inés de la Cruz, aunque en la década de los 80 su imagen fue utilizada en los billetes de 1000 pesos.

Después de que a la unidad monetaria de los Nuevos Pesos se le volvió a denominar únicamente Pesos a partir de 1996, Sor Juana Inés de la Cruz ha aparecido en los billetes de 200 pesos de las familias D y F, y en los billetes de 100 pesos de la familia G, actualmente en circulación

Quién fue Juana de Asbaje

Su nombre real fue Juana Ramírez de Asbaje y nació el 12 de noviembre de 1651 o de 1648, pues no hay certeza del año de su nacimiento, en San Miguel Nepantla, en una hacienda ubicada al pie de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl.

Fue criolla probablemente de ascendencia vasca.

La curiosidad siempre la motivó a leer y a estudiar. A la edad de siete años, y al enterarse de la existencia de la Universidad de México, solicitó a su madre que la enviara a estudiar allá, disponiéndose a cambiar el vestido por uno masculino si fuese necesario.

Ante la negativa materna, se consoló devorando los libros de la biblioteca de su abuelo.

Tras la muerte de su abuelo en 1655, fue enviada a la ciudad de México, a vivir con su tía materna, María Ramírez, quien estaba casada con Juan de Mata, hombre acaudalado que gozaba de influencia en la corte del virrey Antonio Sebastián de Toledo, marqués de Mancera.

La joven entró a la corte, vivió ahí entre los dieciséis y los veinte años, y fue respetada por su prodigiosa inteligencia, a tal punto que el virrey, admirado por su erudición, sometió a la joven a un examen ante cuarenta hombres de letras: teólogos, filósofos, matemáticos, historiadores y poetas.

Con la total negación que tenía al matrimonio, e influida por el padre Antonio Núñez de Miranda, que era confesor de los virreyes, Juana decidió profesar.

Ingresó en primera instancia al convento de Carmelitas Descalzas en agosto de 1667 y fue acompañada por los virreyes.

Abandonó el convento poco tiempo después, probablemente por la rigidez de su regla. Finalmente, se decidió a ingresar en la Orden de las jerónimas, tomando los hábitos en febrero de 1669.

Escribió obras de teatro, como Los empeños de una casa (1683) y Amor es más laberinto (1689); autos sacramentales como El divino Narciso (1689) y abundante poesía.

Preparó villancicos para las catedrales de México, Puebla y Oaxaca.

En 1680, con la llegada a Nueva España de Tomás Antonio de la Cerda y Aragón, conde de Paredes y marqués de la Laguna, Sor Juana redactó el arco triunfal que preparó la catedral de México para recibir al gobernante.

Parte de su obra fue reunida y publicada en Madrid, en 1689, con el título de Inundación Castálida.

Su poema más importante, Primero sueño, fue publicado en 1692.

Hacia 1693 dejó de escribir y se dedicó más a los oficios religiosos, situación que no ha sido convincentemente explicada por sus biógrafos.

En 1695 una epidemia azotó con particular fuerza al convento de San Jerónimo. Sor Juana se dedicó sin fatiga al cuidado de sus hermanas enfermas, se contagió y murió el 17 de abril de dicho año.

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