La niña interior de Pietris Peralta Langholz es feliz de que sea bombera.

Oye Bombera, como es conocida en redes sociales, quería ser la primera presidenta de México, química farmacobióloga o descubrir la cura contra el cáncer.

Sin embargo, el rescate de un lomito que realizaron los bomberos del interior de un  pozo en Puebla la hicieron redireccionar su camino.

Desde hace cinco años es una de las bomberas más conocidas de México, quien vela por la seguridad de la ciudadanía, en especial de los niños, quienes la ven como ejemplo a seguir.

¿Qué querías ser cuando eras niña?

Yo siempre te respondía las tres mismas cosas, una quiero ser la primera mujer presidenta de México, la segunda yo quería ser química farmacobióloga, como mi mamá, y la tercera era que quería descubrir la cura para el cáncer.

​"Oye Bombera", la bombera millennial que debes conocer
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¿Cómo fue tu infancia?

Intensa, en el buen sentido de la palabra, mi mamá era de Alemania, entonces tuve una crianza diferente a la de mis compañeros en la escuela.

También el hecho de que tengo autismo, el asperger que tengo me hizo ser una niña diferente, me gustaba jugar a mí sola. Sí tenía amiguitos, pero me gustaba estar sola. Me acuerdo que me gustaba jugar con mis juegos de química de esta marca mexicana de juguetes y también me encantaban las computadoras, entonces las redes sociales se me dieron. Como buen millennial, crecí con ellas. Desde muy chiquita me gustaba leer, me gustaron los animalitos, los perritos, los gatitos, siempre fui autoexperimentante por, así decirlo, en una palabra.

¿Cómo sorteaste el autismo cuando eras niña?

El autismo es progresivo, yo creo que conforme fui creciendo me dejó de importar esta parte social, pero, vaya, yo me acuerdo en primaria que me encantaba hacer pijamadas y que fueran mis amigas del colegio, me acuerdo que me encantaba como planear todas las horas de la pijamada.

¿Te gustaban las chucherías?

Ahorita soy más dulcera que cuando era chiquita. Cuando era chiquita me preguntabas que me gustaba, va a sonar, te lo juro a mentira, pero me gustaban un buen las verduras, la sopa siempre ha sido mi comida favorita desde muy chiquita, las enfrijoladas. Obviamente, como buen niño, había papitas, las agarraba, pero me gustaba más comer queso, salchichas o cosas por el estilo.

Si te gustaba algo, ¿lo hacías?

Yo crecí como Barbie, yo siempre fui lo que quise ser. Yo pasé por la época de Pietris que quería ser veterinaria, Pietris que quiso ser actriz y que fue actriz, Pietris que estuvo de DJ mucho tiempo, también me dediqué a tener bares y también abrí un refugio de perritos de la calle, o sea, bueno, también fui hasta mesera de cafés, sólo me duró un día el gusto, pero yo trabajé de adolescente como mesera de cafés.

​"Oye Bombera", la bombera millennial que debes conocer
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¿En qué momento decides ser bombera?

El refugio que tuve durante cinco años en Puebla me llevó por caminos muy diversos hasta que un día me tocó hacer un rescate donde había unos perritos en un pozo de 15 metros en San Pedro Cholula y estuvo muy chistoso porque yo juraba que me podía amarrar una cuerda y me podía aventar a sacar a los perritos, pero, oh, sorpresa no te puedes meter así.

Se quedó el gusto y meses después fui a dejar papeles a Protección Civil de San Andrés Cholula, me encontré a compañeros que me apoyaron en ese rescate y me quedé.

Del primer acercamiento con los bomberos, ¿qué te llamó la atención?

Los vi llegar con su camioneta de rescate y vi que sacaban un tripié, y demás. Yo dije “wow”, recuerdo que utilizaron la palabra protocolos, me encantaron sus protocolos, súper emocionada. Yo les dije “si quieren, yo me pongo el arnés y bajo”. El que iba de responsable me dijo que no era fácil “si quieres, un día te regalamos un curso para que veas qué onda, pero no te puedes meter”. Me enamoré.

El haber tenido una cercanía tan impactante con los bomberos, nunca lo tomé como una opción en mi vida y, bueno, ahora respiro, como y vivo de Bomberos, literalmente.

¿Crees que tu niña interior es feliz con la profesión que desempeñas ahora de adulta?

Ay, sí, yo no tengo un niño interior, yo soy una niñota y a la fecha también soy súper berrinchuda, tal vez se podría ver mal en una mujer adulta, pero no me importa. Además, he aprendido a querer mucho mi autismo.

¿Qué les dices a los niños que te ven como ejemplo?

Dividiría el mensaje en dos, el primero sería para los padres o para quienes quieren ser padres en un futuro, los niños tienen que ser deseados. Como seres humanos, tenemos que ser responsables y no traer al mundo niños que no son deseados porque no sabemos, si el siguiente presidente en el mundo, sea un niño no deseado.

Para todos los pequeñitos en este su Día del Niño, quiero se sepan y que se guarden mucho en el corazón que lo más importante es que sean felices. Ojo, que esa felicidad no le quite la felicidad a otra persona, pero lo más importante, como mi mamá me lo dijo antes de morir, tu única responsabilidad en esta vida es ser feliz.

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