La Inteligencia Artificial (IA) llegó para quedarse, pero como toda evolución tecnológica, requiere de asimilación y comprensión adecuada de sus alcances por parte tanto de quienes la utilizan como de la sociedad en general.

Recientemente, el Ayuntamiento de Puebla se sumó al uso de IA, con la puesta en operación de Angela, considerada como un Smartbot, un asistente virtual que se encuentra en WhatsApp. 

Sin duda se trata de una tecnología que al momento resulta novedosa, por ejemplo, para apreciar la forma en que podría hacer erupción el volcán Popocatépetl, pero hay que considerar adecuadamente sus alcances.

Y que podría ser utilizado, por ejemplo, para simular la aprehensión de Donald Trump o la forma en que se vería el Papa Francisco enfundado en una chamarra blanca.

Pero sus empleos son tan amplios como ilimitados, incluso hay incertidumbre por el desplazamiento laboral que podría generar en el mediano plazo el uso de IA.

Al respecto, destaca el hecho de que los gobiernos de Estados Unidos, China y la Unión Europea han iniciado, de manera individual, procesos para evaluar la posible introducción de nuevas normas y reglamentaciones para el desarrollo y uso de herramientas basadas en Inteligencia Artificial.

Pareciera que su utilidad es ilimitada, ya que puede servir lo mismo para crear imágenes que para crear personajes que informen o atiendan al público.

Un concepto novedoso que, en campo de la comunicación, en Radio Fórmula, se ha materializado en la creación de espacios noticiosos a cargo de Inteligencia Artificial.

La primera presentadora de noticias de Radio Fórmula se llama NAT.

No es gratuito que el magnate Elon Musk señalará, en el pasado reciente, los peligros de la IA, en medio de la proliferación de productos para utilización general de los consumidores, incluidos los de gigantes tecnológicos como Google y Microsoft.  

Además, Musk se unió a un grupo de líderes tecnológicos, quienes suscribieron una carta abierta en la que solicitan una pausa de seis meses en la carrera “fuera de control” para el desarrollo de la IA.

Es evidente que la IA llegó para quedarse, pero es necesario establecer parámetros y normas que permitan a la población en general conocer sus alcances.

Entre los riesgos que existen en el uso de IA se encuentran la creación de contenidos falsos o engañosos, entre ellos por supuesto las fake news.

Por lo pronto, en el estado de Puebla el empleo de IA comienza a hacerse recurrente.

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