La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) registró que, en promedio, cada poblano gastó mil 588 pesos en medidas de seguridad entre enero de 2019 a diciembre del 2020.

Como parte de estas medidas preventivas, el 25.4 por ciento cambió o colocó una cerradura o algún candado para proteger su hogar.

El 23 por ciento sustituyó puertas y ventanas. El 22.2 por ciento manifestó que realizó acciones conjuntas con sus vecinos.

El 14.1 por ciento dijo que colocó rejas o algún tipo de barda y el 5.7 por ciento adquirió un perro guardia para evitar la comisión de algún delito dentro de su hogar. El 9.6 por ciento restante no especificó qué medida adoptó.

Brenda Elguea, directora de Información y Atención Ciudadana del Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia (CCSJ) de Puebla, explicó que esos son los gastos per cápita que hicieron los poblanos en ese periodo, pero se mantiene en la actualidad.

En entrevista con , indicó que las personas prefieren invertir en su seguridad en lugar de dejar la responsabilidad absoluta a las autoridades.

“La brecha de desconfianza que hay entre policías y ciudadanía ha crecido; en lugar  de que ubiquemos a nuestro policía de sector hasta nos alejamos, a veces por la creencia generalizada que el policía es malo y eso hace que esta brecha sea enorme”, explicó. 

Sin embargo, Brenda Elguea consideró que esta situación del gasto que hacen los ciudadanos por su propia seguridad no tiene que ocasionar una desobligación de la autoridad.

Al contrario, abundó, debería haber una mayor coordinación de las autoridades con la ciudadanía para reducir costos y crear estrategias de seguridad efectivas.

“Nosotros desde el Consejo Ciudadano creemos también mucho en el tema de esta corresponsabilidad. La ciudadanía creo que juega un papel importantísimo en el tema de la gobernanza porque nosotros somos testigos y actores de muchas cosas que las autoridades no ven”, apuntó. 

La maestra Mar Estrada Jiménez, coordinadora de la Licenciatura en Economía y Finanzas e Integrante del Observatorio de Salarios de la Universidad Iberoamericana (IBERO) Puebla, consideró que el gasto que hacen los poblanos para su seguridad afecta otros rubros primordiales como la alimentación.

“Al incrementar el gasto en otro rubro, en este caso de la inseguridad, se descuidan gastos necesarios como la alimentación y el vestido que son indispensables para las familias…  De esta forma podría abonar a que los indicadores de pobreza sean más altos”, explicó. 

La especialista señaló que las autoridades tienen que invertir más en la seguridad de los ciudadanos para que éstos puedan atender sus necesidades básicas.

“Existe una inseguridad tremenda, somos de los países más inseguros del mundo y el gobierno no ha sido capaz de frenar su crecimiento… ha crecido muchísimo de 2006 en adelante y hasta la fecha ha bajado un poco, pero no ha podido controlarse de ninguna manera”, destacó.

“Sí existe ese reto porque además la mayoría de los ciudadanos pagamos nuestros impuestos y eso implica que se nos tiene que garantizar la seguridad, pues nosotros estamos pagando por ella”, lamentó.

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