A pesar de encontrarse en estado de abandono, los pozos de fracking representan una seria amenaza para la salud pública y el medio ambiente, según advirtieron la Alianza Mexicana Contra el Fracking (AMCF) y Earthworks. Estas organizaciones realizaron un recorrido entre el 10 y el 14 de octubre de 2023 por tres pozos de fracking desiertos en el estado de Puebla.

Los pozos en cuestión, localizados en los municipios de Pantepec y Venustiano Carranza, se han convertido en riesgos latentes para los habitantes locales, incluso después de haber cesado sus operaciones.

La preocupación central de AMCF y Earthworks es que los impactos adversos en la salud y el medio ambiente persisten más allá de la vida operativa de estos pozos.

Durante los recorridos, se utilizó una cámara térmica FLIR para identificar compuestos químicos con absorción infrarroja. La cámara reveló emisiones de gases como el metano, uno de los principales gases de efecto invernadero, con una capacidad de contaminación 86 veces mayor que el dióxido de carbono (CO2).

Además, se detectaron componentes volátiles (COV) que no solo contribuyen a la destrucción de la capa de ozono, sino que también tienen impactos negativos en la salud.

El primer pozo inspeccionado fue el Pozo Pankiwi-EXP1, ubicado a 500 metros del Ejido El Tablón en el municipio de Pantepec, perforado por Petróleos Mexicanos (Pemex) en 2018 y utilizado hasta 2019 con al menos 15 fracturas.

En Venustiano Carranza, se visitaron dos pozos, uno en la plataforma de perforación número 24 del Campo Coapechaca y otro en el Campo Agua Fría.

AMCF y Earthworks destacaron que cada pozo activo requiere entre 9 y 29 millones de litros de agua dulce, extraída de comunidades cercanas, afectando su disponibilidad para uso agrícola y doméstico. Este líquido es mezclado con más de 750 sustancias tóxicas, incluyendo arsénico y benceno, volviéndolo inutilizable tras el proceso de fracturación hidráulica.

En 2023, AMCF registró 233 pozos de fracking en Puebla, alterando el régimen de lluvias en una zona ya afectada por el estrés hídrico. Este fenómeno dejó sin servicio de agua potable a más de 444 mil habitantes, quienes se ven obligados a comprar agua debido al agotamiento de sus manantiales y fuentes de agua.

La persistente amenaza que representan estos pozos abandonados subraya la necesidad urgente de abordar los riesgos asociados con la práctica del fracking.

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