Hoy lo vemos en postales y hasta en telenovelas como un paisaje que caracteriza a Puebla, pero el Castillo Gillow, ubicado en la Ex Hacienda de San Antonio Chautla, se pensó en un inicio como una escuela agrícola planificada.

Atrás de él se encuentra la historia de Eulogio Gillow y Zavala, un religioso e hijo de una familia que formó parte de la nobleza mexicana, la cual creció con la herencia del comercio inglés.

De hecho, su arquitectura de ladrillos rojos con toques blancos se asemeja a las construcciones de esa parte de Europa. Por lo mismo se le conoce popularmente como un castillo y es uno de los atractivos con los que se promociona el lugar.

Pero ¿quién fue Eulogio Gillow y Zavala y cuáles fueron sus aportaciones a ese atractivo turístico que se encuentra a pocos minutos del nuevo Pueblo Mágico de Huejotzingo?

Diversas reseñas sobre la historia de la hacienda y el religioso en textos dedicados a la historia de Puebla, la región de los volcanes y la iglesia católica, dan cuenta de ello.

De inicio destaca que en 1777 el Rey Carlos III de España otorgó un título para el marquesado de Selva Nevada que tuvo como sede esa hacienda y que se heredó a diferentes miembros de la nobleza.

La última en esta categoría fue Josefa Zavala y Gutiérrez, quien se casó con un joyero de Liverpool de nombre Thomas Gillow y tuvieron a Eulogio en 1841.

Desde pequeño, quien fuera el primer arzobispo de Oaxaca, estudió en Inglaterra con formación religiosa, mientras que en Puebla su padre se desempeñó en el campo.

En 1877 su padre murió y regresó a México para hacerse cargo de las actividades agrícolas de la hacienda, fundó la Sociedad Agrícola Mexicana, impulsó la producción con la adquisición de maquinaria nueva y la construcción de una planta hidroeléctrica que aprovechaba las aguas del Río Atoyac.

En los siguientes años impulsó también el paso de vías de tren por la zona, el servicio del telégrafo, el pago con dinero y no a raya para los trabajadores de la hacienda y la formación de los más jóvenes a través de la escuela agrícola planificada para la que se construyó el castillo en 1898.

Un aspecto que se destaca de los diferentes perfiles biográficos de Eulogio Gillow es que fue un personaje muy cercano a Porfirio Díaz y que logró conciliar intereses del gobierno con la iglesia.

En algunas anécdotas se cuenta que fue su intérprete  inglés y que el ex presidente quiso que lo casara en uno de sus matrimonios, pero él prefirió dejar esta tarea a un religioso de mayor jerarquía.

En la Revolución, las fuerzas constitucionalistas se apoderaron de la hacienda y Gillow se exilió en Estados Unidos hasta morir en 1922.

Fue hacia finales de la década de los ochenta cuando, tras pasar por diferentes dueños, el inmueble quedó a manos del gobierno del estado y actualmente hay una concesión de la hacienda a una cadena de hoteles.

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