Siempre el Triángulo Rojo. Si esta zona de la entidad se caracteriza por registrar el mayor índice de delitos de alto impacto de Puebla, es por una razón: el crimen organizado.

En el Triángulo Rojo, de acuerdo con las autoridades, operan dos de los cárteles más poderosos del país.

Se trata del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el de Sangre Nueva Zetas.

Ambos operan mediante dos conocidos capos huachicoleros: “El Toñín” y “El Bukanas”.

Antonio Martínez Fuentes, alias “El Toñín”, está respaldado por el CJNG y sus puntos de influencia se encuentran principalmente en el municipio de Quecholac.

Mientras que Antonio de los Santos, alias “El Bukanas”, opera para Sangre Nueva Zeta, en el municipio de Palmar de Bravo.

Ambos municipios están catalogados por las autoridades como los que cuentan con mayor presencia del crimen organizado gracias a estos dos criminales.

De acuerdo con lo investigado por que en diversas publicaciones lo ha destacado, “El Toñín” es originario del municipio de Quecholac.

Este capo era una persona de bajos recursos económicos, por lo que desde pequeño trabajó en los campos de zanahorias de la junta auxiliar Palmarito Tochapan.

“El Toñín” entró al robo de combustible y para el 2019 ya era el principal ordenador de ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) del municipio de Quecholac.

En múltiples ocasiones, Martínez Fuentes ha evadido a las autoridades gracias al respaldo de la gente que lo ve como su benefactor.

Mientras que “El Bukanas” tiene su centro de operaciones en el municipio de Palmar de Bravo.

El criminal incursionó en el robo de combustible tras su paso por las filas de la policía en el estado de Veracruz.

El trasiego de combustible de la zona está a su cargo y también tiene el respaldo de la gente. Como también opera en Veracruz, de los Santos evade la justicia en sus escondites ubicados en aquella entidad.

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