Para los poblanos es un orgullo nacer en esta tierra, porque el estado posee zonas con belleza natural, como en la Sierra Norte y Nororiental, pero también cultura y tradición en sus Pueblos Mágicos y qué decir de la joya arquitectónica que es la ciudad de Puebla.

No por nada es considerada Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés), desde el 11 de diciembre de 1987.

También es reconocida, desde 1994, por poseer los Primeros Monasterios del Siglo XVI en las laderas del Popocatépetl, construidos como parte de la evangelización y colonización en México y que siguen conservando su función original.

Mientras que el 4 de julio de 2018, la UNESCO declaró la Reserva del Valle de Tehuacán-Cuicatlán Patrimonio de la Humanidad, por ser Hábitat Primigenio de Mesoamérica.

Quienes conocen el Centro Histórico de Puebla quedan admirados, pero si prueban uno de los muchos platillos que posee, quedan conquistados.

Ello confirma el dicho que reza que “a los hombres se les conquista por el estómago” y como muestra están los embajadores de otros países que han llegado a esta ciudad trazada por ángeles y se enamoran.

El caso más reciente ocurrió con Noriteru Fukushima, embajador de Japón en México, quien el fin de semana visitó Puebla con motivo de unas actividades deportivas y compartió en sus redes sociales, de las cuales es muy activo, que degustó de la gastronomía poblana.

“Venir a Puebla y no comer mole poblano es venir en vano, qué frase. Entonces tuve que comer mole en enchiladas. También probé chalupa de salsa verde y roja”, publicó junto con fotografías de él en la mesa a punto de disfrutar de los platillos.

Su estancia en la ciudad le permitió recorrer parte del Centro Histórico, como en el emblemático Barrio de Los Sapos y el Museo Amparo.

Fui al callejón de los sapos, muy bonito. Quiero regresar pronto, qué lugares son famosos”, añadió en el texto y sin duda ha recibido varias recomendaciones.

Entre ellas, la que mayor se repite es que acuda a la calle 6 Oriente, mejor conocida como la “Calle de los Dulces”, por el importante número de establecimientos que venden dulces de leche, camotes, coco y rompope, recetas que salieron de las cocinas conventuales.

También le sugirieron visitar la Biblioteca Palafoxiana, los Túneles de Puebla, la Capilla del Rosario, degustar de los tacos árabes, de los chiles en nogada o del licor de pasita.

“Puebla tiene gran atractivo. Mucho por hacer, pero solo pude estar un día. Espero regresar, quiero conocer biblioteca”, respondió el diplomático.

Este caso no es el único, pues quién no recuerda a Christopher Landau, exembajador de Estados Unidos en México, que también estuvo de visita en Puebla y compartió fotografías de las chalupas que degustó.

Fue el 20 de febrero de 2020 cuando el diplomático estuvo en Puebla para fortalecer las relaciones entre la Unión Americana y el gobierno del estado, según publicó Olivia Salomón, secretaria de Economía.

Después de ese encuentro, las autoridades municipales y estatales llevaron Christopher Landau al restaurante La Chiquita, donde se elaboran las tradicionales chalupas de salsa verde y roja.

En aquella ocasión también degustó de dulces típicos poblanos que le pusieron en la mesa y se refrescó con agua de Jamaica.

Puebla lo conquistó y el 16 de marzo de 2020 hizo una segunda visita, pero en esta ocasión con su familia, por lo que acudió a la Catedral de la ciudad, conoció un taller de talavera en Cholula y recorrió el Museo Internacional del Barroco.

En sus redes sociales publicó la foto familiar, esposa e hijos degustaron de los churros y chocolate que todos los días se venden detrás de la Catedral de Puebla.

Google News

TEMAS RELACIONADOS