Un encantador pueblo de mosaicos en Puebla ha conquistado a turistas de México y el mundo por su fusión única de historia, arte y naturaleza. Ubicado en la Sierra Norte del estado, este Pueblo Mágico destaca por sus imponentes paisajes montañosos, su tradición sidrera y, desde hace una década, por sus coloridos vitromurales, considerados una de las expresiones artísticas más grandes del país.

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¿Qué hay de bueno en Zacatlán de las Manzanas?
Además de sus vistas espectaculares, como la Barranca de los Jilgueros y el puente de cristal desde donde se aprecia el atardecer, Zacatlán ofrece una experiencia visual única con más de 2 mil metros cuadrados de murales elaborados con pequeños mosaicos, vidrios y talavera reciclada.
Estos murales, que adornan callejones y corredores recuperados del centro histórico, surgieron en 2014 como parte de un proyecto colectivo impulsado por Mary Carmen Olvera Trejo, exregidora de Turismo, con el objetivo de conmemorar los 300 años de la fundación del municipio. En ellos se retratan escenas del México prehispánico, paisajes locales, la vida cotidiana del campo y la riqueza cultural del pueblo.
Uno de los artistas detrás de esta iniciativa es Miguel Díaz Guerrero, pintor originario de la comunidad de Popotohuilco, quien ha plasmado en estos muros la esencia de su gente y la conexión con su entorno. Entre los murales más destacados se encuentra “La vida eterna”, ubicado en la entrada del panteón, y el que se extiende sobre el Paseo de la Barranca, dividido en 12 cuadros temáticos.

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¿Qué es lo típico de Zacatlán?
Zacatlán es sinónimo de manzana. Este fruto no solo da apellido al pueblo, sino que impulsa su economía y gastronomía. Cada año se producen en promedio 320 mil botellas de sidra en diversas variedades: rosada, natural, dulce, de pera y durazno. Además, se celebra la Feria de la Manzana en la tercera semana de agosto, una de las festividades más representativas de la región.
En cuanto a la cocina local, destacan platillos como chalupas, tamales, chicharrón en salsa verde y el huevo con chile, sin olvidar las sidras, licores y cremas artesanales. También sobresalen sus panes tradicionales como el pan de queso y las acolchonadas, elaborados en panaderías de larga tradición como la Panadería Vázquez.
El arte popular también forma parte de su identidad: bordados, tallado en madera y talabartería son algunas de las artesanías que los visitantes pueden adquirir como recuerdo de este mágico destino.
Zacatlán, con su clima templado de montaña, calles cubiertas por la niebla y su reloj floral en el corazón del pueblo, es una parada obligada para quienes buscan descubrir lo mejor de Puebla a través del arte, la historia y la naturaleza.