Ubicada en el corazón del Centro Histórico, la casa de la calle 3 Oriente número 201, fue escenario de una de las leyendas más conocidas de la ciudad de Puebla.

La casa era propiedad del señor Pedro Carvajal, un ciudadano de grandes riquezas y buena posición social.

Cuenta la historia que Don Pedro enviudó y se quedó con dos hijos. Fernando tenía 6 años y Teodora, 16 años.

Teodora tenía una belleza muy particular ante la que sucumbían todos los nobles de la localidad.

Durante su época, en plena Colonia, en la ciudad de Puebla se comenzó a esparcir un rumor sobre un animal que paralizaba a la gente para devorarla.

La existencia del animal, del que no se precisaba su especie, impactó a la sociedad poblana.

La leyenda dice que un día el animal ingresó a la casa de Don Pedro y devoró a Fernando, por lo que ofreció la mano de su hija Teodora al hombre que acabara con la vida de la bestia.

Otra versión señala que Teodora se encontraba en la víspera de los 16 años y se realizaría una fiesta en la que le sería buscado un pretendiente para que pudiera casarse con ella.

Pero Teodora no estaba de acuerdo con esa situación.

Dicen que el día de la celebración, un monstruo con cara de serpiente y cuerpo de dragón ingresó a la vivienda, devoró a Fernando y después desapareció.

La casa del que mató al animal es todo un misterio en Puebla
La casa del que mató al animal es todo un misterio en Puebla

Así es la fachada de "La casa del que mató al animal" | Agencia Es Imagen para El Universal Puebla

Atraídos por la belleza de Teodora, muchos hombres trataron infructuosamente de matar al animal.

Finalmente fue un soldado de clase baja quien le cortó la cabeza al animal y la entregó a Don Pedro.

Como recompensa, además de la mano de Teodora, su papá también le obsequió a la pareja la vivienda en cuyo marco de acceso mandó a tallar la hazaña en piedra.

Desde entonces, el inmueble comenzó a ser llamado "La casa del que mató al animal".

El virrey de la Nueva España nombró noble al joven soldado y la tranquilidad regresó a la ciudad.

La casa del que mató al animal, a la fecha, conserva su fachada de estilo gótico en la que se aprecian escenas talladas de cacerías y es sede del periódico El Sol de Puebla.

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