El 21 de septiembre se celebra en México el Día de la Lucha Libre, deporte de gran tradición en el país que atrae al público nacional y extranjero por sus espectaculares lances, llaves y sentido del humor de los gladiadores.

Es un deporte que se practica en diferentes partes del mundo, pero en México se vive de una forma muy diferente pues forma parte del folklor de nuestro país con las máscaras, vestimentas y los gritos de la afición.

Si bien los principales escenarios del país son la Arena Coliseo o la Arena México, conocida como "La Catedral de la Lucha Libre" y catalogada como Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México, la lucha libre tiene presencia en todo el territorio mexicano.

La Arena Puebla, por ejemplo, localizada en el céntrico Barrio del Carmen, se viste de gala todos los lunes para recibir a los aficionados poblanos y foráneos desde el año de 1953.

Fue la tercera en ser construida en México y la primera en ser edificada fuera de la capital, con una capacidad para 3 mil aficionados.

También funciona como escuela de lucha libre, con más de 20 años de experiencia, en la cual se formaron luchadores como El Egipcio, Arturo Casco "La fiera", Pegaso, Fuerza Chicana, entre otros.

Esta fecha es especial para la lucha libre mexicana porque el 21 de septiembre de 1933 se inauguró la primera compañía de este deporte en México, la Empresa Mexicana de Lucha Libre, que después se convirtió en el Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL).

Salvador Lutteroth fue el encargado de fundar la marca, que con el paso del tiempo incrementó su popularidad al tener en sus filas a luchadores que pasaron a la historia. También se considera como la base de la creación de otras empresas a lo largo y ancho del país.

En 2016, senadores de la República presentaron la iniciativa de conmemorar a la lucha libre, solicitud que fue aprobada en abril del 2019 y en septiembre del mismo año se decretó que el 21 de septiembre es el ‘Día Nacional de la Lucha Libre y del Luchador Profesional Mexicano’.

Nombres como El Santo, Blue Demon y el Perro Aguayo vienen a nuestra mente cuando escuchamos “lucha libre”, pero hay que saber que no fueron los primeros en practicar este deporte declarado Patrimonio Cultural de la Ciudad de México en 2018.

Para entender la lucha libre se tiene que hablar de su origen, que data de los Antiguos Juegos Olímpicos en Grecia. Entonces se le llamaba pankrátion: "pan" es todo y "kratos" fuerza o poder. Significaba “todo fuerza”.

La lucha libre o pancracio se adaptó de distintas maneras en ciertas regiones del mundo como Japón, Estados Unidos y México. Al estilo desarrollado en éste último se le conoce como lucha libre mexicana y se caracteriza por las llaves a ras de lona, piruetas aéreas y por las famosas máscaras.

Este tipo de lucha se desarrolló durante la década de los años 40.

El nacimiento de la EMLL

El exmilitar de la Revolución Mexicana, quien luchó en las filas de Obregón, logró introducir definitivamente este deporte al país. Su nombre era Salvador Lutteroth, quien actualmente es considerado el padre de la lucha libre mexicana.

En 1929 se mudó a Ciudad Juárez, Chihuahua y la primera vez que presenció el espectáculo fue en El Paso, Texas, por invitación de sus amigos.

Lutteroth en ese tiempo se dedicaba al negocio de los muebles, por lo que tenía pocos ingresos, y se dio cuenta que la lucha libre podría ser una buena fuente para ganar dinero.

De acuerdo con el sitio oficial del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL), Lutteroth negoció con promotores norteamericanos para introducir este deporte a nuestro país.  

El otrora soldado revolucionario se alió con Francisco Ahumada y Mike Corona para fundar la Empresa Mexicana de Lucha Libre (EMLL), lo que actualmente conocemos como CMLL. 

Tras fallidas negociaciones con los promotores de boxeo para usar la Arena Nacional, en la Ciudad de México, Lutteroth decidió rentar la Arena Modelo, que tenía una capacidad menor y se encontraba en pésimas condiciones, de acuerdo con Salvador Lutteroth hijo en una entrevista que otorgó en los años 80. 

Como los luchadores mexicanos estaban suspendidos en las arenas estadounidenses, se les dio la oportunidad de presentarse en la lucha inaugural de la otrora EMLL.

De acuerdo con el libro 365 días para conocer la historia de México, el 21 de septiembre de 1933 nació la Empresa Mexicana de Lucha Libre con la primera lucha institucional en el país.

El espectáculo se presentó en la Arena Modelo, que pronto fue renombrada como Arena México.

Entre los luchadores que inauguraron esta empresa se encontraban el irlandés Ciclón Mackey y el asiático Leong Tin Kit, también conocido popularmente como El Chino Achio.

La lucha estelar fue protagonizada por Yaqui Joe, entonces campeón Mundial de Peso Ligero, quien se enfrentó y ganó a Bobby Sampson, campeón californiano de la Marina.

Ya que el inicio de esta nueva temporada tuvo gran impacto, un par de funciones después aquellos que le habían negado el apoyo, visitaron a Lutteroth para amenazarlo con quitarle a sus luchadores si no llevaba el espectáculo a la Arena Nacional.

La EMLL no tuvo otra opción que aceptar las condiciones, siempre y cuando sus funciones fueran los domingos en la Arena Nacional y los jueves seguirían en la Arena Modelo.

Apenas tres meses después de la lucha inaugural de la EMLL, Mike Corona se separó de la empresa que había creado con sus compañeros para hacer funciones independientes en el Teatro Esperanza Iris.

La rivalidad entre las empresas era notoria, pero la EMLL innovó con la fundación de su propia escuela de luchadores para crear talentos mexicanos y ya no importar contendientes.

Por un golpe de suerte, Salvador Lutteroth se ganó un premio de 40 mil pesos de la Lotería Nacional justo en el primer aniversario de la EMLL, por lo que decidió pagar un enganche para comprar la Arena Modelo y renombrarla como Arena México.

En la celebración de ese aniversario se presentó el primer luchador que cubrió su rostro: La Maravilla Enmascarada, como ya se le conocía a Ciclón Mackey, según investigaciones actuales publicadas en este diario.

En una entrevista realizada por EL UNIVERSAL al señor Salvador Lutteroth González en 1937, éste afirmó que  su empresa trajo al país a alrededor de 250 luchadores extranjeros “de lo mejor del mundo”. Además, dio trabajo a más de 100 combatientes locales y aproximadamente a 200 promotores y trabajadores de la Arena México.

Las temporadas de lucha libre seguían desarrollándose con regularidad y ya dentro del gusto de los habitantes de nuestro país, pero en 1937, la Arena Nacional se incendió.

Este siniestro fue la razón por la que Lutteroth decidió construir la Arena Coliseo, inaugurada en 1943 en la calle de República de Perú.

Más tarde Salvador tuvo un segundo golpe de suerte ganando en aquella ocasión la mitad de un sorteo de la lotería. Con el premio construyó la Nueva Arena México, inaugurada en 1956, en la colonia Doctores. 

Así fue como la lucha libre mexicana tuvo su apogeo en los años 40 y 50 con leyendas como El Santo, Blue Demon, Huracán Ramírez, Black Shadow, El Cavernario, entre otros.

Con información de

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