El juego “¡Vocho amarillo!” se hizo popular en México a partir de la década de 1960, gracias al éxito comercial que tuvo la producción del Volkswagen Sedan tras la apertura de la planta de la armadora alemana en la ciudad de Puebla a partir de 1964.

El juego se realizaba en grupo y consistía en darle un ligero golpe en el brazo a los demás cuando alguien observaba primero un VW Sedán (Vocho) amarillo al pasar por la calle.

El juego se extendió por generaciones y su origen data de los Estados Unidos durante la década de 1950.

El VW Sedán llegó a Estados Unidos en 1949, contrastando por su diseño redondeado frente a los grandes autos americanos distinguidos por sus proporciones cuadradas.

En 1964, un columnista del Arizona Republic notó a su hija jugando con sus amigos en la calle, documentando que cada que pasaba un VW Sedán por la calle, sin importar el color, los niños gritaban “Slow Bug” (escarabajo lento) y golpeaban el brazo de la otra persona.

El columnista anotó esto en uno de sus escritos, en donde se refería al auto como “Punch Buggy”. Luego de esa columna, el juego se popularizó en todo Estados Unidos, para luego llegar a México.

Aunque su producción inició en Alemania en 1938, para 1978 la armadora decidió mudar el armado de este modelo a México, convirtiéndose en el automóvil con más tiempo de producción en la historia.

Los Vochos se fabricaron en varios colores, pero los menos comunes eran aquellos que salieron de fábrica con pintura amarilla.

Se decía que, el ver un Vocho amarillo, era sinónimo de buena suerte durante ese día.

Con esta creencia, se comenzó a jugar “Vocho amarillo” cada que se veía uno de estos autos por la calle.

Las reglas eran sencillas, por lo que se volvió sumamente popular en cuestión de poco tiempo.

Como todo juego, tenía reglas. Si no se sobaba el golpe después de darlo, la persona que lo recibió podía regresarlo.

Otra regla era poder salvarse del golpe levantando los pulgares.

Tampoco son válidos los Beetle amarillos o aquellos que fueron taxis hace algunos años.

Dada la importancia de este popular juego, Volkswagen lanzó una campaña internacional en 2009 en donde hacían referencia al famoso “Vocho amarillo”.

En tantos años, ha tenido incontables variantes, cada una dependiendo el país.

En Brasil, se grita “Fusca Azul”, por lo que se cambia el color del modelo pero se mantiene como base la idea del pequeño golpe en el brazo al ver un Vocho por la calle.

El 30 de julio de 2003, salió de la línea de producción de la planta Volkswagen de Puebla el modelo Volkswagen Sedán , perteneciente a la última edición de la que se fabricaron 3 mil vehículos.

Con información de.

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