En San Juan Tianguismanalco existe el único monumento dedicado a un Objeto Volador No Identificado (OVNI) en todo el país, mismo que es visitado por cientos de curiosos a lo largo del año, principalmente fines de semana y periodo de vacaciones.

Lugareños, visitantes locales y turistas nacionales llegan a este lugar, ubicado en la junta auxiliar de San Baltazar Atlimeyaya, a pie de la carretera Metepec- San Baltazar Atlimeyaya, para conocer la estructura y tomarse una o varias fotografías.

Este atractivo tiene 21 años, y todo surgió cuando el escultor chileno Ricardo Vivar, quien se distinguió por convertir desechos industriales en obras de arte, respondió al llamado del presidente municipal de Atlixco, José Luis Galeazzi Berra (1999-2001).

El origen de esta estructura es en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) donde fungía como un contenedor de agua en Ciudad Universitaria, pero después de sus años de utilidad permanecía abandonado.

Durante la gestión del rector Enrique Doger Guerrero, el alcalde le pidió donar la estructura, misma que fue colocada en el cerro la Casita Blanca de Metepec, un lugar que en la década de los 90 se hizo famoso por el avistamiento de ovnis y a donde acudían curiosos de todas partes de Puebla y otros estados.

La BUAP también apoyó con el traslado del tanque, que tuvo que ser seccionado en cinco partes, y el artista chileno concluyó su intervención en mayo de 2001.

El ovni de Atlixco tiene un diámetro de ocho metros y una altura de siete metros. De acuerdo con la Facultad de Ingeniería Geológica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se posiciona en las coordenadas geográficas: Latitud Norte 18°57´57¨, Latitud Oeste 98º28’39’’, UTM Latitud Norte 555.057, Latitud Oeste 296.411, Altitud 2,180 MSNM.

Los pobladores cuentan que hasta este punto llegó el periodista e investigador del fenómeno ovni, Jaime Maussan, quien también nombró este sitio como Punto Marconi, y uno de los siete lugares a nivel mundial con más avistamiento.

Quienes acuden a observar el monumento citan “cosas extrañas” como el hecho de poner su auto en una pendiente en punto muerto, y en lugar de avanzar hacia atrás, lo hace hacia arriba sin que nadie lo empuje; o si echas agua en el asfalto verás que sube y no que baja.

En realidad, se trata de un efecto óptico, pues se ha comprobado que el norte está 80 grados más alto que en el sur.

Por años el monumento lució abandonado, donde sujetos realizaban pintas de grafiti sobre la estructura y los visitantes dejaban basura alrededor de la zona.

Fueron las recientes autoridades auxiliares, con la colaboración de algunas familias de migrantes, los que pusieron manos a la obra, limpiaron la estructura y pintaron a detalle todo el monumento, el cual se puede ver a la distancia con el resplandor del sol.

En las inmediaciones los visitantes pueden comprar en los puestos que han colocado los lugareños, donde venden antojitos mexicanos, refrescos y bebidas alcohólicas, entre otras cosas.

El pasado 5 de abril, ante la convocatoria de vecinos, se llevó a cabo la segunda jornada de limpieza del terreno y de la cascada que se encuentra a 30 metros del monumento, donde también llegan rodadas de ciclistas, excursionistas, mochileros, ufólogos y curiosos.

El día 2 de julio se celebra el Día Mundial de los OVNIS, también conocido como World Ufo Day, promovido por miles de fervientes creyentes, seguidores e investigadores particulares de este fenómeno y su férrea creencia de que no estamos solos en el Universo y que existen seres más avanzados en el espacio exterior.

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