Para el empresario Jorge Arriaga, la corrupción de las autoridades en el aeropuerto de la Ciudad de México, y la mala organización de los conciertos en Puebla, fueron las causas que decepcionaron al grupo Queen y por las que no volvieron a México.
El propietario de un hotel en la Centro Histórico de Puebla, relató su experiencia tras presenciar los dos memorables conciertos que el grupo de rock Queen ofreció en esta ciudad, en octubre de 1981.
En entrevista con El Universal dijo que los medios dieron a conocer que a la llegada de Queen a México, autoridades del aeropuerto les pidieron dinero para poder permitir el ingreso de sus instrumentos y demás equipo.
“Imagínate el momento. Para unos ingleses, vivir un caso de corrupción era de no creerse, pero ya habían llegado y tenían que cumplir con dar sus funciones porque estaban en el mejor momento de su carrera”, dijo.
Otra decepción fue el sobrecupo que se dio en el 17 de octubre de 1981, en el primer concierto en el estadio olímpico Ignacio Zaragoza, y los desmanes que se dieron en el mismo, pero que nunca fueron en contra de los músicos británicos.
“Yo creo que ellos salieron decepcionados y ese fue el momento en el que dijeron: México no está preparado para algo así”, dijo tras agregar que después de Queen la gente esperaba que llegara The Police, Boston y otros grupos de rock, pero nunca se dio.
El también Disc Jockey mencionó que los poblanos conocían de la música de Freddie Mercury, Brian May, John Deacon y Roger Taylor, porque se tocaba en las discotecas como Lecaró, Dartañan de la Avenida Juárez, Lechat y el video-bar JT.
Por cierto, Jorge Arriaga, quien también trabajó en el video-bar JT, supo que Queen, al terminar su concierto del sábado, acudió a este bar en la colonia Las Fuentes, y uno de los músicos colgó su chamarra en el perchero, pero un encargado de seguridad del lugar se la robó.
De la visita de Queen a Puebla, el empresario, de 60 años de edad, mantiene vivo el recuerdo de la caminata que hizo con sus 10 amigos, desde que estacionaron el coche en la colonia San Francisco hasta que avanzaron para llegar al estadio olímpico Ignacio Zaragoza.
También recuerda el momento en que guardias golpearon con toletes a la gente.
Las personas encargadas del acceso al estadio pidieron a los asistentes que formaran filas hacia lo ancho.
“Entonces llegaron unos guardias sin uniforme, con guante blanco y macanas. Dijeron, quien no esté arriba de la banqueta, lo vamos a quitar. Así es como todos intentamos hacer una solo fila para estar todos arriba de la banqueta, porque a quien encontraran debajo de la banqueta, lo agarraban a macanazos”, dijo.
Otro momento que le impactó fue el ambiente que se desató durante el concierto; euforia, adrenalina, alcohol y marihuana, algo que él a sus 20 años de edad no había experimentado. Pero lo más importante es que fue una experiencia donde todos eran iguales, no hubo distinción de clases sociales.
Al terminar el concierto, se hicieron ríos de gente, los que no eran de Puebla se concentraron en el zócalo de Puebla y fue que se dieron saqueos, principalmente en comercios de comida, como panaderías y una taquería.
Los que eran poblanos se concentraron en el Parque Juárez, frente a Plaza Dorada, donde continuaron la fiesta, bebieron y escucharon en los estéreos de sus autos la música de Queen, y compartían relatos de lo vivido esa noche.
Recordó que al llegar al hotel, propiedad de sus padres, se dio cuenta que era tanta la gente que se quedó en Puebla, que buscaban cualquier rincón para poder dormir.
Hubo personas que entre ellas no se conocían, pero pagaron por compartir habitaciones para poder dormir, otros más durmieron en los escalones y pasillos del hotel, y quienes no encontraron habitación, durmieron en las calles o en el zócalo donde montaron tiendas de campaña.
De los conciertos en Puebla, sólo tiene el recuerdo en su mente, porque no hubo playeras, gorras, pulseras, llaveros u otro tipo de souvenirs de ese momento.
“No había nada ni a la entrada ni a la salida del concierto, y si alguien tiene, te puedo asegurar que lo mandó a hacer. Incluso, el boleto no te lo dejaban, si alguien lo tiene es porque logró recuperarlo o se lo quitó a alguien”, dijo.
“Tampoco permitieron el ingreso de cámaras fotográficas o de video, por eso es que no hay material de los dos conciertos que hubo en Puebla. Desde un inicio avisaron de todo lo que no podías llevar, porque estaba prohibido”, insistió.
Jorge Arriaga mencionó que, como todo joven que vive acelerado, la adrenalina de haber vivido estos conciertos le duró una semana, periodo en el que eran frecuentes las pláticas con los amigos para intercambiar puntos de vista de la visita de Queen a Puebla. Después todo volvió a la normalidad.
