La devastación se vive en la junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacán de la capital poblana.

Tras la explosión de un ducto de gas LP a consecuencia de una toma clandestina, el escombro es lo que reina en las calles.

Las pocas personas que decidieron no acudir a alguno de los tres albergues habilitados por las autoridades deambulan buscando una explicación ante lo ocurrido.

Entre ellas se dan palabras de aliento para salir adelante, como las que escriben en la página de Facebook Soy Totalmente San Pablo Xochimehuacán, donde desde que ocurrió la explosión estuvieron alerta para abandonar sus viviendas y ponerse a salvo.

Ante sus miradas, los elementos de los tres niveles de gobierno permanecen en el perímetro de la Zona Cero, como la llamó el gobierno del estado.

Aunque ya no hay riesgo para la población, el personal que trabaja en la zona -entre ellos del Ejército Mexicano-, pide no acercarse a la quema controlada que realizan del remanente para poder sellar el ducto dañado.

La flama aún es visible desde las inmediaciones de la autopista México-Puebla y la Vía Corta a Santa Ana, donde algunos automovilistas se detienen para grabarla con sus celulares.

Hasta el momento, las autoridades no tienen pistas de los presuntos huachicoleros que ocasionaron la explosión en el ducto, donde localizaron una pipa con 10 mil litros de gas y 20 tanques cilíndricos.

"Salimos asustados porque estábamos durmiendo y nos avisaron que nos saliéramos", comentó María Esperanza González, habitante de la zona.

Ella y sus cuatro hijos están albergados en el Templo de los Mormones donde esperarán la fecha para poder regresar a sus casas.

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