Si bien el mercado de bienes raíces existe hace mucho tiempo en la historia familiar de Jorge Torres Landa, este empresario mexicano supo imprimirle al negocio familiar de más de dos generaciones, su propia impronta. Consciente de la época en la que le toca vivir, su trabajo se destaca por dos características diferenciales.

La primera es que Torres Landa busca utilizar todas las herramientas digitales que hay a su alcance para poder mejorar y llegar a más clientes. La segunda, es que su curiosidad lo ha llevado a explorar todas las aristas de su rubro, desde la construcción privada hasta la compra de viviendas sociales.

“Estoy involucrándome mucho en el mundo fintech, porque creo que es lo se viene. Veo el potencial de internet, me intereso en él, pero sigo creyendo que los asesores inmobiliarios no serán suplidos porque la gente no hace transacciones de esas dimensiones por internet. Sin embargo, la comercialización, la prospección y que la gente me encuentre si puede mejorar a través de internet”, explica el empresario.

Si Torres Landa tiene que determinar cuál característica lo distingue de sus colegas e incluso de sus propios antecesores, sostiene que es la curiosidad. Ese hábito lo llevó a explorar todos los mundos posibles y recolectar en cada uno de ellos herramientas que le permitieron ser un mejor profesional en su rubro.

“Siempre he sido muy curioso y me gusta mucho investigar. En la escuela nunca fui un alumno diez pero me fui perfeccionando en el mundo de las ventas, de la persuasión y la psicología con grandes mentores. Pertenezco al grupo de John Maxwell en Latinoamérica y me gusta instruirme con personas que estén en cualquier rubro del mundo de la comercialización”, sostiene.

Una industria, mil opciones

El inicio de su carrera profesional como asesor inmobiliario estuvo ligada a la industria del turismo. Vendía tiempos compartidos y se dedicaba a las transacciones inmobiliarias parciales, lo que lo fue llevando a certificarse en distintas metodologías hasta aprender, incluso, sobre bienes raíces de interés social.

“Fui conociendo mucha gente, rompiendo récords de ventas y me relacioné con personas que hoy en día son mis socios. Empecé a aprender otros negocios como los residenciales, apartamentos, locales comerciales, las rentas inmobiliarias de marcas doble A, triple A, el mundo industrial y todo lo que tiene que ver con ello y eso me fue llevando a entender el mundo inmobiliario como un todo”, afirma.

Hoy en día su negocio busca ser distinto de todo lo conocido hasta el momento debido a que pretende encontrar nuevas maneras de desarrollar productos inmobiliarios económicos. “Creo que México necesita de propiedades de buena calidad pero a buen precio. Dar propiedades a precios que la gente pueda pagar con créditos de menos de 1 millón de pesos y estamos nosotros en ello”, sostiene.

“Mi desafío es poder ver un negocio desde todas las perspectivas. No solo desde los bienes inmuebles sino también desde la construcción, los materiales, las nuevas tendencias, la competencia, la inflación, los productos de China, las estrategias financieras, porque creo que es igual de importante el costo del producto que su  precio final”, argumenta.

Compromiso social

Torres Landa se define como un empresario que investiga todo el tiempo, escucha audiolibros y, sobre todo, se interesa por lo que sucede a su alrededor. Cuando unos amigos arquitectos le comentaron el preocupante problema que la gente de Monterrey- la segunda ciudad más grande de México- estaba atravesando con el agua a raíz de la peor sequía de las últimas décadas, este empresario no dudó en formar un grupo para ayudar.

“Ideé un plan de concientización primero, luego uno de propuestas, otro de debate y por último de costos. Es un tema cero político que no tiene que ver con vender un producto o una estrategia en particular, sino poner el tema en la mesa para que la gente lo hable, investigue y enseñe a sus hijos a cuidar el agua”, manifiesta.

El mundo a partir de Internet

“Hoy más que estar interesado en vender, estoy interesado en informar”, sostiene el empresario como una de las cualidades que lo definen de pies a cabeza. Y agrega: “creo que hoy en día la gente ya sabe comprar bien, no es tan sencillo que un vendedor solo por presión o por decirle que son los últimos que van a quedar, vaya a venderle algo a un cliente”.

Poniendo en discusión las estrategias de venta popularmente conocidas y adaptándolas a la época actual, este empresario considera que la gente busca confianza. “Hoy hay tanta información en internet que los posibles clientes buscan gente de confianza, real, a la que puedan investigar su background”, manifiesta.

“Soy muy fiel a tener cosas transparentes para que la gente pueda investigar y sentirse confiados de que con nosotros lo peor que les puede pasar es que salgan muy bien informados y aprendan cosas nuevas que tal vez cuando llegaron no sabían”, concluye.

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