Consumir una bebida embotellada o abrir una lata de chiles pareciera una acción ordinaria, pero cuando se separa la basura y se multiplica por todas las personas que la reciclan, entonces podría convertirse en un negocio.

El reciclaje es el proceso de recolección y transformación de materiales para convertirlos en nuevos productos y con ello se reduce que terminen en tiraderos de basura, barrancas o ríos.

Julia Salgado, propietaria de un centro de acopio de reciclaje en la colonia 10 de mayo, comenzó desde hace 15 años este “negocio de la basura”, como ella le llama.

En un local de 40 metros cuadrados tiene dos tipos de báscula para pesar el material que la gente entrega todos los días, tanto vecinos, pepenadores, niños, hombres y mujeres.

Negocio de la basura en Puebla: ¿qué vale más, una lata o una botella?
Negocio de la basura en Puebla: ¿qué vale más, una lata o una botella?

¿Qué material sirve para reciclar? Recibe de todo, desde un kilo hasta toneladas, las cuales puede recoger en el lugar que le indiquen desde cualquier punto de la ciudad o zona conurbada.

En entrevista con reconoció que hay quienes se anuncian en redes sociales y ofrecen recoger los desechos en otras ciudades, pero por experiencia, no sale del área conurbada porque a veces se trata de engaños y no gana ni para recuperar lo que gasta en gasolina.

En su local recibe latas de aluminio, pet, fierro, cobre, cartón, papel periódico, archivo muerto, cartón y latas chileras.

¿Cuál desecho se paga más? Ella dijo que el cobre es el metal que más de paga, ya que tiene un costo de 130 pesos el kilo de primera y 115 pesos el kilo de segunda.

Después del cobre, la lata de aluminio es la de mejor precio, ya que lo paga en 30 pesos el kilo. Le sigue el pet a 12 pesos el kilo, el fierro a 7 pesos el kilo y el cartón a 5 pesos el kilo.

Negocio de la basura en Puebla: ¿qué vale más, una lata o una botella?
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Explicó que el cartón debe estar seco, ya que hay quienes lo humedecen para que pese más, pero ella así no lo toma. Tampoco recibe bronce, que se paga en 75 pesos el kilo, porque hubo un momento que le ofrecían las tapas de los registros o coladeras.

Todos los días acumula los desechos, los separa, aglutina y aparta para que el fin de semana lo entregue a empresas dedicadas al reciclado.

Sin revelar cuánto percibe a la semana, dijo que es lo necesario para dar trabajo a seis personas, quienes reciben el material, lo acomodan, manejan el montacargas y trasladan lo reciclado a patios aledaños al local.

Explicó que el negocio de su familia es prácticamente un centro de acopio que revende el material a distintas empresas, quienes realizan diferentes tipos de reciclado.

El reciclaje primario convierte los materiales en más de lo mismo, como papel en papel o las latas de refresco en más latas de refresco. El reciclado secundario transforma un producto desechado en otros objetos, pero fabricados con el mismo material.

El reciclado terciario o químico descompone químicamente los materiales para producir con ellos algo muy diferente.

Explicó que también hay quienes reciben chatarra que esté limpia de plásticos, cartón, grasa, tierra, humedad, así como quienes aceptan polines, tarimas, chatarra de aluminio o retorno industrial, baterías de autos, metales como ollas de peltre, muebles, gabinetes, estufas y lavadoras de metal.

También placas de aluminio macizo, bronce, níquel, acero inoxidable, puertas, tornillos y ventanas, hasta cables, equipos de cómputo, DVD’s y CD’s y cartuchos para tinta.

Datos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) refieren que en el país se generan 42 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos al año, pero sólo el 14 por ciento se recicla, principalmente papel y cartón, seguido por el vidrio, después el plástico y por último los metales.

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