Las altas temperaturas que se registran en el país son un factor para que la sequía se agrave y las lluvias sean escasas, situación que no sólo debe preocupar a los campesinos, sino a la población en general.

En muchas zonas del territorio mexicano los procesos de cultivo han comenzado, pero en otras regiones la falta de agua para los servicios básicos es una constante.

En 2022, el estado de Nuevo León sufrió una de sus mayores crisis por falta de agua y recientemente la Secretaría de Agricultura, junto con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), realizaron el bombardeo de nubes en el Estado de México y la Ciudad de México para que las presas del sistema Cutzamala se recarguen.

Pero, ¿cómo es posible bombardear las nubes?

El bombardeo de nubes -también conocido como “siembra de nubes”- consiste en dispersar yoduro de plata y con ello estimular la formación de nubes, para que a su vez generen lluvia.

Para esta tarea se requieren  aviones o drones que porten el químico, pero primero será necesario que haya presencia de nubes en la zona donde se desean provocar las precipitaciones pluviales.

En la revista de Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se explica que el químico, el cual también puede incluir nitrato de calcio y carburo de calcio, al introducirse a las nubes actúa como núcleos de condensación, lo que aumenta la probabilidad de que se formen gotas de agua y a la vez, precipitaciones.

Existen otros artículos que señalan que el bombardeo de nubes no es del todo eficaz porque las lluvias de temporal pueden incrementarse cerca de 25 por ciento, mientras que otros alertan que puede tener efectos negativos en la calidad del aire que respiran las personas y hasta alterar el equilibrio natural del ecosistema.

Pero este sistema de bombardeo de nubes no es nuevo en México, se aplica desde hace muchos años.

En Puebla se empleó en 1996 para aumentar los niveles de agua en la presa Manuel Ávila Camacho.

Ese año, los campesinos aseguraron que gracias a las lluvias provocadas, su producción agrícola en el estado aumentó entre 20 y 25 por ciento.

Hasta ahora no se ha informado si el uso de este sistema se retomará en Puebla.

Cañones antigranizo

El bombardeo de nubes para estimular la lluvia no es el único sistema del cual se basa el hombre para querer controlar las condiciones del clima.

Existen también los llamados cañones antigranizo, los cuales usan los campesinos, productores y la industria para protegerse de fenómenos naturales.

Para los agricultores, las granizadas son una de sus principales amenazas en el periodo de la siembra hasta la cosecha, pues en cuestión de minutos pueden perder sus cultivos.

La historia relata cómo los combatientes en guerra usaban cañones de pólvora para dispersar a sus enemigos, pero en el caso de los cañones antigranizo se usa acetileno.

Se trata de un gas compuesto por carbono e hidrógeno, un poco más liviano que el aire, que genera una gran explosión en las nubes para romper las bolas de hielo y provocar que sólo caiga lluvia.

Sin embargo, investigaciones de Ciencia de la Atmósfera de la UNAM destacan que no hay evidencia científica de que los cañones lleguen directamente al objetivo ni que eviten la caída de granizo, por lo que emplearlos no es viable.

Productores de Santa Rita Tlahuapan, San Miguel Xoxtla y Cuautlancingo, años atrás han acusado a la empresa armadora de autos Volkswagen de emplear estos cañones para evitar que caiga una granizada.

Los campesinos señalaron que no sólo evitan que granice, pues también dispersan las nubes y en consecuencia, evitan que llueva, lo que afecta a sus cultivos.

Lo mismo denunciaron el año pasado productores de la región aguacatera de Michoacán, donde señalan que hay poco más de mil cañones usándose de manera desmedida.

También existen lecturas que refieren que el hombre, en su afán por controlar el clima, ha desarrollado otros sistemas como el uso de rayos láser para liberar luz en tormentas que se pudieran convertir en huracanes.

También la dispersión de nitrógeno líquido en el mar para quitar energía calorífica a la tormenta y que al mezclarse con el aire frío potencie la formación de tormentas y huracanes.

De igual manera hay artículos que mencionan que el hombre ha tenido la idea de crear hollín para absorber la luz del sol, cambiar la temperatura del aire y hacer que las corrientes cambien su dirección.

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