Aunque parece improvisado, el delito del robo de gas LP no lo es, pues las bandas se han especializado en el tema.

De acuerdo con una fuente ministerial, los criminales tienen todo calculado para realizar la extracción de gas LP de los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex).

La fuente dijo que primero detectan las zonas por donde pasa la tubería para posteriormente estudiar a qué hora cierra las válvulas el personal de la paraestatal.

Para ello, cuentan con información privilegiada y de primera mano sobre la infraestructura de Pemex y la trayectoria de los ductos en el subsuelo.

Posteriormente, perforan el conducto y colocan la toma clandestina, un mecanismo que tiene entrada y salida de aire.

El sistema se conecta directamente al ducto y tiene una tapa que sella herméticamente, sin que ello implique que en algún momento ocurra una fuga.

De esta manera, cuando empieza a correr el gas LP, las bandas dedicadas a este delito ya tienen las pipas conectadas para realizar la extracción.

De hecho, todo el tiempo perfeccionan su modus operandi, pues en el caso de la extracción de gasolina, cuando Pemex instaló sensores para detectar las fugas, los delincuentes, al mismo tiempo que sacaban el combustible, inyectaban agua para evitar que fuera evidente el cambio de presión.

La fuente ministerial aseguró que los líderes de las bandas son quienes establecen los contactos para poder distribuir el gas.

Aunque con el tiempo han ido optimizando la forma de robar el gas LP, señaló que el riesgo de fugas y explosiones sigue siendo grande, sobre todo, cuando se trata de rellenar tanques de gas, pues las válvulas se abren y se cierran continuamente.

Esa es precisamente una línea de investigación sobre la explosión de San Pablo Xochimehuacán, pues se presume que la fuga de gas ocurrió cuando los criminales de una gasera estaban extrayendo el combustible para llenar tanques.

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