Para la iglesia católica y sus fieles fue una gran sorpresa conocer el deceso del sacerdote jesuita Ignacio González Molina, mejor conocido por el Padre Nacho.

De acuerdo con la Arquidiócesis de Puebla, el sacerdote murió a los 77 años de edad, a las 21:45 horas, del domingo 3 de julio, en el municipio de Teziutlán, sin dar a conocer la causa del deceso.

Sin embargo, a través de las redes sociales, diversas personas, fieles, amigos y conocidos del padre compartieron que el párroco murió a causa del cáncer que años atrás le aquejaba.

De la misma manera, recordaron que en septiembre de 2020 se contagió de Covid-19 al grado que lo mantuvo internado en un hospital privado de la ciudad de Puebla, de donde logró salir avante.

Otros más compartieron que el sacerdote nació el 19 de septiembre de 1944 en el municipio de Teziutlán, en la Sierra Norte de Puebla, y su formación académica y espiritual fue jesuita.

Estudió la licenciatura en Química y tiempo después se tituló en Historia, materia que le encantaba y cuyo conocimiento que compartía con todo aquel que conversaba. Obtuvo la maestría en Historia por la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México.

Se ordenó como sacerdote de la Compañía de Jesús el 7 de mayo de 1977 y en el Consejo Episcopal Latinoamericano en 1979 siguió de cerca al arzobispo Rosendo Huesca Pacheco.

Estuvo a cargo del templo Nuestra Señora del Camino durante dos años hasta que después de 2010 lo trasladaron al frente de la parroquia de la Unidad Habitacional de San Jorge.

Durante ese tiempo, lo mismo que desarrollaba su apostolado, fue catedrático, columnista y colaborador en diversos medios de comunicación, tanto de radio como periódicos.

Fue un ferviente seguidor del Club Puebla, gustaba de la natación y fue considerado un revolucionario de las conciencias, lo que incomodó a algunos conservadores, ya que era un hombre práctico que resolvía y se quejaba de la burocracia.

Entre las anécdotas que recordaron sus seguidores es que el Padre Nacho cumplía con bautizar a los niños o celebrar matrimonios aunque los papás y padrinos no tuvieran la documentación en orden.

“¡Esos padres burócratas -respondía el Padre Nacho- que viven de papeles y que no ven "Sacramenta sunt propter homines" (los sacramentos son para los hombres), y no para llenar papeles”, postearon en las redes sociales recordándolo.

Fue profesor en la Universidad Iberoamericana de Puebla, y también protagonista del libro “Nacho, entre la fe y la razón” escrito en diciembre de 2019 por ex-alumnos del Instituto Oriente.

También lo describen como un hombre siempre disponible para escuchar, tenía las palabras adecuadas para dar un buen consejo, no tenía filtros para decir las cosas y para muchos era un deleite escucharlo hablar de diversos temas, incluso de política.

“Se ha ido un hombre admirable, de extraordinaria inteligencia y enorme sensibilidad ante el dolor de los demás”, escribieron en memoria del padre Ignacio González Molina.

Después de la misa de sus exequias se prevé que sus cenizas se depositen en la Iglesia de Nuestra Señora del Camino, a la cual sirvió de 2008 a 2010.

Habrá misas en su memoria el martes, miércoles y jueves a las 19:00 horas, las cuales podrán seguirse a través de las redes sociales.

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