El Popocatépetl es un volcán que incrementó su actividad desde 1994, por lo que en tres décadas la población aledaña se ha acostumbrado a vivir con sus ruidos, exhalaciones y tremores.

A lo largo de este tiempo ha recordado a los habitantes de los estados que comparten su territorio, Morelos, Estado de México y Puebla, que no se pueden confiar, ya que su actividad es impredecible.

En ocasiones ha obligado a autoridades a evacuar a la población, a redoblar medidas preventivas, a supervisar las rutas de evacuación, diseñar planes de contingencia y hasta monitorearlo todo el tiempo con cámaras de video instaladas en municipios estratégicos.

Estas cámaras de video han captado los momentos tranquilos que ha tenido Don Goyo, pero también cuando ha emitido enormes fumarolas de ceniza, gases y vapores de agua.

La información es analizada por el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) del gobierno federal y en coordinación con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El monitoreo permite a las autoridades contar con datos que les ayude a la toma de decisiones, principalmente de manera preventiva y de ser necesario suspender actividades.



¿Por qué se suspenden los vuelos con la actividad en el Popocatépetl?

Cuando se incrementa la actividad en el coloso, no solo los habitantes de poblaciones aledañas se ven afectados en sus actividades, también de otros estados e incluso países.

Ello ocurre cuando la paraestatal Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) dicta a las terminales aéreas que deben de suspender la salida y llegadas de vuelos comerciales, a fin de evitar riesgos en los viajeros y tripulaciones.

Lo anterior se debe a que es obligación de las terminales aéreas mantener las pistas de despegue y aterrizaje totalmente limpias, libres de cualquier tipo de material, desecho, residuo, agua u otros elementos.

Se trata de una medida esencial para prevenir accidentes y garantizar la seguridad aérea, reducir los riesgos para los viajeros y la tripulación.

Cuando se ordena una suspensión de vuelos en los aeropuertos, como ha ocurrido en el “Hermanos Serdán” de Puebla y en el Aeropuerto Internacional “Benito Juárez” de la Ciudad de México es para dar oportunidad a que el personal de los aeropuertos se dedique a la limpieza de las pistas de aterrizaje y despegue y no existan riesgos para los usuarios.

Además, cuando existen condiciones adversas para el vuelo, los sensores en los aviones se bloquean de manera automática, lo que puede resultar contraproducente para los pilotos al no contar con información precisa y confiable al momento de pilotar.

La presencia de ceniza en el ambiente puede también interferir en el buen funcionamiento de las antenas de comunicación, lo que podría provocar interrupciones entre las torres de control y los pilotos.

Portales especializados en aeronáutica refieren que la ceniza volcánica puede ocasionar daños en las turbinas de los aviones, tanto en tierra como en vuelo, y reducir así su eficiencia, aunado a que el personal de logística en las torres de control tampoco pueden llegar un trabajo eficiente en la coordinación y control del tráfico aéreo.

Así que si tú has resultado afectado por la suspensión de algún vuelo a causa de la actividad del volcán Popocatépetl, ahora ya sabes que las medidas fueron para no ponerte en riesgo, ni a tu familia o seres queridos.

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