La muerte de 39 migrantes en una estancia del Instituto Nacional de Migración (INAMI) en Ciudad Juárez causó conmoción, pero también se han documentado más abusos en territorio mexicano.

En Puebla han ocurrido varios casos en los que están involucrados agentes migratorios y policías federales, según el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría (IDHIE) de la Universidad Iberoamericana.

En el informe “Vidas en contención: privación de la libertad y violaciones a derechos humanos en estaciones migratorias de Puebla y Tlaxcala, 2020-2021” se pueden leer los testimonios que recogió el grupo de monitoreo del área de asuntos migratorios del IDHIE, junto con el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Iberoamericana Puebla.

El reporte es alarmante debido al récord de detenciones registradas entre enero y agosto del 2021 en Puebla y Tlaxcala, con un promedio estimado de mil 300 al mes.

En la mayoría de las detenciones hay uso excesivo de fuerza y malos tratos, golpes, jalones, malas palabras, amenazas, robos y extorsiones por parte de las autoridades.

Detención de niña de 12 años:

Entre los casos más indignantes y preocupantes está el de una niña centroamericana, de 12 años de edad, que llevaba dos meses y seis días retenida sin ningún familiar presente en la estación migratoria del INM en Puebla.

Estaba rodeada de otras personas adultas y llevaba casi una semana sin poder bañarse, pues la estación no cuenta con regaderas y nada más hay un sanitario al que se accede durante el día, pero no en la noche.

La niña tenía ojeras, probablemente debido a que el lugar estaba iluminado las 24 horas, prácticamente en ropa interior y sin poder comunicarse con familiares.

Se cubría con una cobija sucia y maloliente en ese lugar hacinado e insalubre.

Familia hondureña

Otro caso sumamente dramático y difícil fue el de una familia hondureña detenida en las inmediaciones de la Central Terminal de Autobuses de Pasajeros de Puebla (CAPU), mientras pedía comida.

Eran dos adultos jóvenes de menos de 30 años y sus dos pequeños hijos que huyeron de Honduras luego de fuertes amenazas que recibieron de  pandillas de quemarles su hogar y asesinarlos.

Los agentes migratorios los detuvieron por no tener papeles y estar pidiendo dinero en la vía pública y los trasladaron a la estación migratoria de Puebla, pero nunca les dijeron dónde se encontraban.

Estaban en un estacionamiento del INM en Puebla, sobre un suelo muy sucio y lleno de basura, hacinados, sin baños ni regaderas y sin entender bien lo que estaba pasando más allá de que la policía y “migración” los había detenido.

Las entrevistas que hizo el grupo de monitoreo en Puebla y Tlaxcala revelaron que un 58 por ciento de los migrantes detenidos dijo que no le dieron a conocer sus derechos y obligaciones al ingresar a las estaciones migratorias.

Un 40 por ciento no tuvo oportunidad de leer los documentos que firmó sobre su procedimiento administrativo.

Del total de detenidos, sólo dos respondieron que “les habían ofrecido servicios de atención jurídica u orientación legal”.

Intento de suicidio

Los migrantes retenidos enfrentan largos periodos de espera e incertidumbre sobre sus procesos legales dentro de las estaciones migratorias.

En algunos casos, se les piden declaraciones en horarios extraordinarios, después de medianoche o incluso más tarde, despertando a las supuestas víctimas y a otras personas más con las que comparten las celdas.

Una mujer de Guatemala, de 22 años, quien llevaba detenida más de 30 días en INM Puebla dijo: “no sé en qué momento pasé de ser víctima a delincuente (…) no sé nada”.

Además, indicó que los agentes del INM o policías federales preventivos repetían frases como “quién les manda a estar aquí”,éste no es su país” o “aquí ustedes no tienen derechos”.

Esa situación se sumó al hecho de que no recibían atención, les negaban la oportunidad de comunicarse al exterior vía telefónica o incluso, darles una vez al día alrededor de 30 centímetros de papel de baño en sanitarios sin privacidad, entre otras condiciones de maltrato y abuso.

Un hombre cubano de 39 años de edad describió detalladamente cómo era vivir en la estación migratoria de Puebla después de 26 días de alojamiento.

Expresó que ante tanto trato inhumano en la estación migratoria de Puebla y además de manifestar aburrimiento y hartazgo, refirió no aguantar más y tener pensamientos suicidas.

“Es el infierno en todos lados”, “ya estoy cansado”, “para ellos somos perros, los migrantes no valemos nada”, “me sacan vivo o muerto”, dijo durante la entrevista.

También se conoció el caso de una mujer cubana que intentó colgarse con ropa y cobijas en una canasta de básquetbol que está en el pequeño patio de la estación migratoria.

La joven fue rescatada por otras personas detenidas y por personal en la estación migratoria, pero días antes, otra mujer que supuestamente tenía problemas de salud mental, intentó suicidarse clavándose unas tijeras en el cuello.

Tratos inhumanos

También existen testimonios de personas migrantes que aseguran haber compartido colchonetas sucias o mojadas o haber dormido en el piso.

También se obtuvo información sobre cobros que las autoridades realizan a las personas detenidas en las instalaciones, por ejemplo: 200 pesos por un kit de limpieza, 500 pesos por un kilo de carne, 100 pesos para una llamada de 3 minutos, 50 pesos por un jabón chico y entre 30 y 40 pesos para tener acceso a sus pastillas o medicamentos.

También se denunció el cobro de mil dólares por una asesoría jurídica de Castelly y el pago de 500, 600 y mil dólares para permitir la salida de migrantes detenidos.

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