Hasta diciembre recién pasado, el socavón de Santa María Zacatepec era concurrido por la llegada de visitantes y curiosos de diversos estados del país, incluso del extranjero, quienes querían tomarse una foto del recuerdo cerca de este fenómeno natural.

Al cumplirse un año de que surgió, el 29 de mayo de 2021, luce desangelado, seco, sin puestos de comida ni bebidas, custodiado por una patrulla de la policía estatal para evitar que la gente se acerque hasta la malla ciclónica que rodea el perímetro.

Los vecinos, principalmente agricultores, desarrollan su vida de manera ordinaria, arando la tierra y preparando las semillas de maíz y frijol para la próxima cosecha.

Así nos encontramos a don Humberto Ramírez Jiménez, un agricultor que tiene su terreno a unos metros de distancia del socavón, agradeciendo que su tierra no haya resultado afectada por este fenómeno.

En entrevista con dijo que a la fecha lo que prevalece es la incertidumbre, pues ninguna autoridad les ha informado qué fue lo que provocó el socavón.

Primero -mencionó- decían que fue la sobreexplotación de los mantos freáticos, luego dijeron que son corrientes subterráneas debido a las descargas de aguas ilegales que realizan con la construcción de un estacionamiento de la zona industrial aledaña.

Por otra parte, a su parecer, el cerco que colocaron las autoridades no tiene ninguna función más que impedir el paso, “de hecho a raíz que cercaron la zona, dejaron de llegar los visitantes”.

“Se acabó el encanto, se acabó, ya nadie viene. Se acabó por la cuestión del cerco; a qué vienen si no lo pueden ver, la atracción era verlo de cerca, curiosear”, comentó.

En ello coincide otro vecino, quien prefirió el anonimato, pues él fue uno de muchos colonos que permitió a los visitantes y medios de comunicación que subieran a la azotea de su casa para tomar las mejores imágenes de la oquedad.

Relató que a inicios del presente año, policías estatales le dieron la orden de no permitir el acceso de los visitantes a su vivienda, lo cual hizo luego que en una ocasión los uniformados sometieron y estuvieron a punto de liarse a golpes con unos reporteros de la Ciudad de México.

También refirió que el comisariado ejidal murió el año pasado, de manera que nadie sabe si las autoridades cumplieron con el pago a los ejidatarios.

Lo que sí saben todos es que después de un año ya le entregaron a la familia Sánchez Xalamihua las llaves de su nueva casa, luego que perdió la suya al ser alcanzada por la oquedad, pero todavía no la habita porque no tiene servicio de agua potable ni drenaje.

En Zacatepec los vecinos comentan que el gobierno del estado tardó tres meses en hacer la casa, se tomaron fotos  y después comenzaron con la colocación de tuberías, pues el compromiso es que la familia damnificada ocupe su nueva casa el 1 de junio.

En el caso de Ana María, ella al igual que unas cinco familias asentadas cerca del socavón, optó por cambiarse de domicilio y no correr riesgos.

Durante la plática recordó que el 29 de mayo de 2021 escuchó mucho ruido y alboroto de la gente, porque se había hecho un gran hoyo en la tierra, en la zona donde dice que ella solía salir a correr todos los días y nunca notó que la tierra estuviera floja.

“Otros dicen que fue porque antes ahí existía un ameyal y por eso se tragó la tierra, lo cierto es que no sabe nadie y la gente se está yendo porque tiene miedo, aunque desde hace meses no ha cambiado nada”, expresó.

Ella junto con su esposo y su hija de 10 años decidieron irse a otra zona de Zacatepec, pero ya no cerca del socavón, a donde llega de vez en cuando para visitar a sus padres, quienes dijeron que desde hace 20 años viven ahí y no se van a mover.

Cuando esta oquedad se volvió un atractivo turístico ella permitía el acceso a los sanitarios, y su patio era ocupado como estacionamiento.

“Llegaba gente de diferentes lados para conocer el socavón, llegó gente de China, de España, de varios lugares. Muchas de las personas tuvieron mucho afecto por los perritos y hasta les daban de comer”, relató.

De toda esa actividad económica que hubo ya no queda nada, solo pequeñas viviendas que fungieron como locales que hoy tienen sus puertas cerradas con candados, pero con los letreros de que ahí se vendieron las "gorditas socavón", hechas de masa, la mitad con salsa verde y la otra con roja, y en medio un huevo estrellado.

Otro de los alimentos que surgieron como novedad fue el pan socavón, el cual era redondo y en su centro tenía un hundimiento donde colocaban un poco de natilla y le rodeaba la leyenda “Recuerdo de El Socavón”.

En lugar de puestos de chicharrines, quesadillas, refrescos, cemitas, pulque y “socachela” solo hay tierra, maleza y hierbas crecidas.

Ni siquiera las figuras de los famosos perritos que cayeron al hoyo, conocidos como Spike y Spay, se venden como souvenirs. Tampoco las playeras que el Grupo Sin Razón, creador de la cumbia del socavón, se pudieron encontrar.

Ana María comentó que a través de redes sociales la gente dice que el presidente auxiliar recién electo, Tomás Valdez Chocoatl, hará una fiesta por el primer aniversario del socavón lo cual ha sido descartado por el Ayuntamiento.

“Me parece algo absurdo porque no es como para celebrar, pero dicen que sí, que habrá una misa y un convivio grande”, comentó la vecina.

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