De acuerdo con la Asociación Mexicana de Miembros de Facultades y Escuelas de Nutrición, AMMFEN, “el Licenciado en Nutrición es un profesional capaz de brindar atención nutriológica a individuos sanos, en riesgo o enfermos, así como a grupos de los diferentes sectores de la sociedad; de administrar servicios y programas de alimentación y nutrición; de proponer, innovar y mejorar la calidad nutrimental y sanitaria de productos alimenticios”.

Si se considera lo anterior y citando nuevamente a la AMMFEN, los nutriólogos se pueden desempeñar en 6 campos profesionales, los cuales se enlistan a continuación:

Campo profesional 1: Alimentación y nutrición en la salud y enfermedad
Campo profesional 2: Alimentos e industria alimentaria
Campo profesional 3: Docencia e investigación en alimentación y nutrición
Campo profesional 4: Información y comunicación en alimentación y nutrición
Campo profesional 5: Industria culinaria y farmacéutica relacionada a la alimentación y nutrición
Campo profesional 6: Innovación y emprendimiento en alimentación y nutrición

Del que hablaremos más a detalle será del denominado “alimentación y nutrición en la salud y enfermedad”. Las áreas que comprende el campo mencionado son las de nutrición clínica, nutrición poblacional, nutrición en el ciclo de vida y nutrición en el deporte. En ellas se aplica el Proceso de Atención Nutricional desde distintos enfoques: a nivel individual o grupal, con personas sanas, enfermas o en riesgo, ejerciendo acciones para la promoción de la salud y prevención de enfermedades.

De tal manera que, si nos centráramos solo en el enfoque de las enfermedades y la nutrición clínica, los profesionales de la nutrición no solo abordan problemáticas relacionadas con pacientes que tienen sobrepeso u obesidad; también participan en la atención nutriológica a pacientes con enfermedades gastrointestinales, renales, endocrinas, cardiovasculares, oncológicas, entre otras, con el objetivo principal de mejorar y/o mantener el estado nutricio de los individuos.

Dicho objetivo se logra con la aplicación adecuada del Proceso de Atención Nutricional (PAN) mencionado líneas arriba, que implica 4 pasos: evaluación del estado nutricio, diagnóstico nutricio, intervención nutricia, monitoreo nutricio y evaluación. De acuerdo con la Academia de Nutrición y Dietética de los Estados Unidos, el PAN está diseñado para mejorar la consistencia y calidad de la atención nutricia, así como la predictibilidad de los resultados de la atención nutricia. Si bien el PAN merece un espacio especial como protagonista para hablar de los 4 pasos que lo conforman y todo lo que implican, revisaremos brevemente la evaluación y la intervención.

Cuando un paciente acude al nutriólogo, o cuando se solicita una interconsulta de nutrición por parte del área médica para un paciente, la principal acción que realizará el nutriólogo es la evaluación nutricia de ese paciente. En esta evaluación no solo están involucrados el peso y la estatura; también están involucradas otras medidas antropométricas (del cuerpo de la persona), datos bioquímicos (o de análisis de laboratorio), la exploración física, los antecedentes relacionados con alimentación y nutrición y la historia del paciente. Posterior a conformar toda la historia clínico-nutriológica, analizar todos los datos que se recabaron e identificar los diagnósticos nutricios, el profesional de la nutrición seleccionará la intervención nutricia que considere más adecuada para modificar la ingestión de alimentos/nutrimentos, los conocimientos o conductas relacionados con la nutrición. Dichas estrategias de intervención no solo tienen que ver con el aporte de alimentos o nutrimentos (dietas o planes de alimentación, como se les conoce de forma común); también pueden contemplarse otras como educación nutricia y/o consejería nutricia.

A grandes rasgos, es así como el profesional de la nutrición, a través del aporte de alimentos o nutrimentos, educación y consejería nutricia puede lograr el objetivo de mantener y/o mejorar el estado nutricio de los pacientes. La tarea puede leerse como fácil y rápida, incluso pudiera pensarse o creerse que otros profesionales de la salud (que no son nutriólogos o que no han estudiado alguna especialidad o posgrado en nutrición) o personas que inclusive no tienen una formación sólida en salud y nutrición, son capaces de prescribir “dietas”.

Los Profesionales de la Nutrición son pieza clave en situaciones de salud-enfermedad, dado que son los que poseen las competencias para resolver desde la alimentación los problemas nutricios que aquejan a la población, por lo tanto, deben estar integrados en el equipo de salud para que, a través de un trabajo multi e interdisciplinario los pacientes mejoren su salud.

Con información tomada de:

https://www.ammfen.mx/campos-profesionales.aspx

https://www.ncpro.org

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