José Antonio Espino Mora, mejor conocido como Clavillazo, compartió la pantalla grande con la legendaria actriz de origen checo Miroslava Stern en la película Monte de Piedad, de 1951.
Esta película dirigida por Carlos Véjar también contó con las actuaciones de Jorge Mistral, Emilia Guiu, Carmen Montejo, Tito Junco y Armando Calvo.
Para Clavillazo, Monte de Piedad fue su primer papel cinematográfico, que dio inicio a una exitosa carrera cinematográfica y televisiva.
Sobre esta producción existe el mito de que Mario Moreno "Cantinflas", de quien se dice mantenía una relación con la actriz, trató de evitar la participación de Clavillazo en este filme utilizando sus influencias.
El comediante nacido en Teziutlán, Puebla, en el año de 1910, y muy joven se unió a la compañía de teatro de Fernando Soler.
En 1957 incluso fue guionista de El Organillero, película que él mismo protagonizó y que se convirtió en una de las más emblemáticas de su carrera.
Otras películas con las que tuvo enorme éxito fueron Aladino y la lámpara maravillosa de 1958 y Una señora movida de 1959.
Clavillazo participó en 39 películas entre los años de 1951 y 1988.
Sufrió una embolia a sus 77 años de edad, lo que afectó severamente sus capacidades motrices.
En la década de 1990 tuvo tres eventos cardiacos que disminuyeron aún más su condición de salud y un paro cardiaco le quitó la vida en noviembre de 1993.
La última aparición de Clavillazo en televisión fue en el programa Los Comediantes conducido por Jorge Ortiz de Pinedo.
La mítica muerte de Miroslava
Miroslava Stern, una de las actrices más hermosas de la Época de Oro del cine mexicano, se suicidó en su casa cuatro años después de participar en la cinta Monte de Piedad, el 9 de marzo de 1955 a los 30 años de edad, por una supuesta decepción amorosa.
La actriz nacida en Checoslovaquia y naturalizada mexicana, se enteró que el torero Luis Miguel Dominguín, de quien estaba enamorada, se había casado con la actriz italiana Lucía Bosé.
Cuando Miroslava fue encontrada sostenía en su mano derecha una fotografía de Luis Miguel, y en la izquierda tres cartas.
En la casa ubicada en el número 83 de la calle Kepler, de la colonia Nueva Anzures, llegaron periodistas, fotógrafos, actores, cantantes y muchas jovencitas quinceañeras con la ilusión de poder entrar al hogar donde vivía su estrella.
Con una llamada telefónica se informó a la policía del suicidio de Miroslava, se pretendía mantener en secreto lo ocurrido, sin embargo, las páginas de este diario reportaron que en menos de media hora, unas 50 personas ya se encontraban en la alcoba de la actriz.
Miroslava fue encontrada por su ama de llaves varias horas después de haber muerto, su habitación estaba bellamente decorada y amueblada, hacía juego con su belleza.
En cada lado de su cama había un buró, y en uno de ellos tres vasos con un líquido transparente. El cuerpo de Miroslava yacía sobre la cama, vestido con una negligé blanca y una bata color fresa. Permanecía en decúbito dorsal derecho, recargada la cabeza sobre la mano del mismo lado y en la que estaba un retrato de Luis Miguel Dominguín.
