En la comunidad de Francisco Javier Mina, perteneciente al municipio de San Pablo Zitlaltepec, Tlaxcala, todos los días acuden creyentes y curiosos a conocer un Cristo tallado en madera de más de seis metros.

Para llegar a esta comunidad se puede viajar por Puebla, por el municipio de Grajales o por Huamantla, ya que se encuentra en el lado oriente de la entidad poblana y Tlaxcala.

A unos 40 minutos de Puebla, viajando por la autopista Puebla-Perote, se llega a la comunidad, donde desde hace unos días se reúne gente de lugares aledaños para conocer la impresionante escultura.

De acuerdo con Julieta Flores Navarro, fue su hermano Eugenio Flores Navarro quien tuvo la iniciativa de donar este Cristo, luego que escuchó en misa al sacerdote pedir la imagen para la parroquia de San Diego de Alcalá.

Eugenio estaba de visita en su comunidad de origen, ya que él se emplea en Apaseo El Alto, Guanajuato, por lo que una vez que regresó a su sitio de trabajo se dedicó a buscar a un artesano que hiciera el Cristo.

Dio con Alfredo Sánchez, un artesano guanajuatense de la tercera edad, quien se comprometió a entregar la pieza en seis meses, pero tuvieron que operarlo de la vista y el trabajo se demoró por más de un año, porque trabajó a ciegas.

Por las complicaciones en su vista ya no se responsabilizó a hacer la cruz, así que solo entregó la imagen de un Cristo de 6 metros de alto, tallado en madera de sabino y con una corona con más de 100 espinas.

La hermana de Eugenio narró que el traslado de la imagen se hizo en la camioneta de Guanajuato a Tlaxcala, totalmente protegido para que no se maltratará y con los brazos por separado, ya que son las únicas piezas que pueden retirarse.

Una vez que llegó a Francisco Javier Mina, pidieron a la familia Morales, vecinos del lugar, permitir guardar la imagen en su terreno, en tanto realizaban la cruz de madera para empotrarlo.

Para la cruz, la cual mide 15 metros de largo, se emplearon árboles de oyamel que obtuvieron en La Malinche, mientras que artesanos de Cuetzalan, Puebla, se dedicaron a elaborarla.

La escultura quedó completamente armada y fue entregada al párroco de San Diego de Alcalá, templo religioso de la comunidad, pero debido a que se trata de una pieza gigante, permanece acostada en la explanada de la parroquia, protegida solo con lonas.

En pocos días, cerca de 600 personas ya lo han visitado, pues católicos, creyentes y curiosos todos los días acuden a ver “El Cristo de Nuestra Fe”, como ya se le nombró a esta imagen que junto con la cruz tiene un peso aproximado de 11 toneladas.

Conoce el monumental Cristo de madera que está a unos minutos de Puebla
Conoce el monumental Cristo de madera que está a unos minutos de Puebla

En las rejas del templo se mira una lona con el número de cuenta bancaria del señor Eugenio Flores Navarro, con el fin de obtener aportaciones económicas que le permitan construir una techumbre y levantar la imagen.

A decir de la familia, el hermano se quedó sin recursos para construirle su casa al Cristo, por lo que ahora pide a los vecinos, visitantes, católicos, autoridades eclesiásticas y políticos que lo ayuden para que pronto esta cruz pueda ser levantada.

En tanto, quienes lo miran señalan que al ver su rostro se siente una paz interior y quedan impactados de admirar todos los detalles que hay en el rostro, cabello, cuerpo y llagas, sin dar crédito que lo haya hecho una persona adulta mayor y ciega.

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