Derivado de la creciente determinación de cremar a las personas que fallecen, aunada a la falta de espacio en los panteones y el costo que representa depositar las urnas en nichos especiales en un camposanto, no son pocas las familias que optan por tener las cenizas en sus hogares. Por ello, es necesario considerar si es legal o no hacerlo.
En general, lo primero que hay que tener en cuenta es que, al momento, no existe una norma o disposición general que prohíba conservar las cenizas de una persona cremada en un domicilio particular, por lo que la decisión al respecto corresponde a los deudos.
Sin embargo, hay elementos adicionales a considerar.
¿La Iglesia aprueba tener las cenizas de un difunto en casa?
La Iglesia católica prohíbe que las cenizas se esparzan en la naturaleza o se guarden en casa. Considera que los restos incinerados deben mantenerse en un lugar sagrado, como un cementerio, una iglesia o en un área especialmente dedicada a ello.
Por otra parte, expertos en salud emocional consideran que resguardar las cenizas no es una acción recomendable. Señalan que un apego demasiado fuerte a la persona fallecida puede evolucionar en una enfermedad emocional. En consecuencia, sugieren que es importante pasar por cada etapa del duelo y aceptar el proceso, para poder despedirse de la persona ausente y superar de la mejor manera la pérdida.
El Feng Shui indica que conservar las cenizas de una persona en el hogar genera vibras que pueden crear un Chi negativo, lo cual provocaría que las energías no fluyan correctamente, afectando a quienes habitan ese lugar.
Sin embargo, en general, lo deseable es que los familiares de quien fallece dialoguen ampliamente y lleguen a un acuerdo sobre el destino de las cenizas, para no complicar el proceso de duelo, especialmente en la primera fase del mismo, que es la negación de la pérdida del ser querido.