Xicotepec es un pueblo mágico que se encuentra rodeado de montañas, bosques, cascadas, fincas cafetaleras y vestigios arqueológicos que datan de la época prehispánica. De acuerdo con la Secretaría de Turismo del Gobierno de México, en sus orígenes, este municipio fue habitado por olmecas, otomíes, totonacos, huastecos y nahuas. Estas etnias son las que dejaron un legado de misticismo y tradiciones milenarias que perduran hasta ahora.

Ejemplo de ello es La Xochipila, un centro ceremonial dedicado al dios mexica Xochipilli, dios solar, de la vegetación, del agua, de la primavera, de la juventud y de la música. Tiempo después, con la llegada de los españoles, fue consagrado a San Juan Bautista y, de la unión de ambas culturas y religiones, nació la figura mestiza Juanito Techachalco o San Juanito Xochipila, así lo describe la Secretaría de Cultura de México.

El centro ceremonial de Xochipila se encuentra ubicado en el centro de Xicotepec de Juárez, su nombre significa “Flor de niña, o Princesa de las Flores”, aunque para muchos historiadores es “Flor que brota del agua”.

Esta piedra colosal tiene una altura de 5 metros y un diámetro de 11 metros de diámetro mayor y 5 de diámetro menor. La roca tiene un agujero de unos 2 metros de alto, haciendo que funcione en un sitio apropiado para depositar cirios y velas sin peligro de que se apaguen o causen un accidente. Está acompañada por dos peñascos que coinciden con la figura del Códice Xólotl, donde se muestran tres piedras juntas frente a una cueva y el nombre.

Sus cuidadores dicen que en el centro ceremonial está plasmado por tres niveles de energía: el inframundo, ubicado en la parte inferior de La Xochipila y a la que se recomienda no acudir; el mundo universal, localizado en la parte media, donde se colocan las ofrendas y se realizan los rituales; y el supra mundo o mundo celestial, ubicado en la parte superior y al cual puedes subir a través de unas escaleras hechas en piedra.

Este lugar, desde la época prehispánica, es un punto de reunión de varios grupos indígenas, los cuales acuden cada 24 de junio a la fiesta de  Juan Techachalco  figura resultante de la unión de Xochipilli y San Juan Bautista, esta celebración es la tercer concentración de grupos indígenas en México, solo por detrás de la Guelaguetza Oaxaqueña y el Huey Atlixcáyotl Atlixquense.

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