Poca duda cabe de que Maximino Ávila Camacho ha sido uno de los gobernadores de Puebla más polémicos en la historia de la entidad.

Su personalidad y sus excesos lo convirtieron en un personaje temido en su época, y con un papel poco honorable en la historia de México y de Puebla.

Maximino Ávila Camacho fue gobernador de Puebla pero se comportaba como si fuera un rey, con excesos, desplantes y arrogancia.

Uno de los episodios poco conocidos sobre este personaje es su simpatía con el movimiento nazi, encabezado por Adolfo Hitler.

Historia de un poblano en la Segunda Guerra Mundial

En 2007, el libro "Los nazis en México" del periodista Juan Alberto Cedillo reveló que Hitler empleó petróleo de México para su guerra relámpago (blitzkrieg) contra Europa.

El crudo mexicano fue conseguido a partir de una red clandestina formada por funcionarios del gobierno de México, encabezado por Manuel Ávila Camacho (1940-1946), hermano del polémico gobernador poblano.

En aquellos años Alemania e Italia fueron los únicos dos países que siguieron formalmente comprando crudo a México, ya que el resto hizo un boicot debido a la expropiación petrolera que promovió el presidente Lázaro Cárdenas en 1938.

​Durante el mandato de Ávila Camacho y con EU ya involucrado en la guerra, el comercio de crudo entre México y Alemania pasó a ser clandestino y dirigido por una red de agentes nazis y funcionarios mexicanos.

El petróleo mexicano fue clave para la estrategia de Hitler. Incluso, antes de que terminara el gobierno de Cárdenas, el líder del nacionalsocialismo ya había enviado a agentes de muy alto nivel para asegurar el suministro del crudo.

Entre los nombres más destacados están el de Axel Wenner-Gren, multimillonario sueco que era en aquel entonces el hombre más rico del mundo, e Hilda Kruger, una espía alemana que había sido amante del ministro de Propaganda nazi Joseph Goebbels.

Dentro de la red de funcionarios que participaron en estos hechos se encontraba Maximino Ávila Camacho, además de otros gobernadores.

Simpatía por el diablo

Axel Wenner-Gren, empresario fundador de Everlux, hizo su fortuna a partir de adaptar la aspiradora industrial al uso doméstico.

Entre los amigos de Wenner se encontraba el príncipe Eduardo VIII de Inglaterra quien abdicó en 1936, y que simpatizaba con el movimiento de Hitler.

Maximino Ávila Camacho y Wenner se conocieron en 1941, cuando el general poblano viajó a las Bahamas, país donde residía el empresario sueco.

Wener intentó crear una gran red de inversiones en materias primas en México, las cuales eran estratégicas durante la Guerra. Dicho plan fracasó. Pero a su llegada a México, en su barco Southern Cross, el más grande y lujoso de la época, fue recibido por Maximino Ávila Camacho.

Otro vínculo importante del exgobernador de Puebla con los nazis fue el Banco Continental, del que Maximino Ávila Camacho fue socio mayoritario, y en el cual varios empresarios alemanes resguardaron sus fortunas.

El libro "Los nazis en México" fue ganador del Premio Debate de Libro Reportaje 2007.

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