Han pasado 43 años de uno de los casos que conmocionaron a los Estados Unidos y al todo el mundo.

Un lunes por la mañana, Brenda Spencer, una adolescente de 16 años, disparó 36 proyectiles a sangre fría, en contra de niños y maestros de la escuela Cleveland Elementary School.

Su historia

Brenda Ann Spencer nació en San Diego (California, Estados Unidos) el 3 de abril de 1962. Sus maestros la describían como una muchacha introvertida y con problemas de aprendizaje.

Tras el divorcio de sus padres, aumentó su comportamiento antisocial y quedó en manos de su padre, Wallace Spencer, un hombre alcohólico que, según declaró años después Brenda, la maltrataba y abusaba sexualmente de ella.

Aunque se veía como una chica inofensiva, a lo largo de su adolescencia ya tenía un historial de pequeños robos y abuso de drogas.

Un lunes se despertó y disparó desde su ventana.

En la mañana del lunes 29 de enero de 1979, en el estado de California, Brenda Spencer tomó la determinación de disparar contra los niños que esperaban a la entrada de Cleveland Elementary School con un rifle Ruger semiautomatico, calibre 22, el cual había sido un regalo de Navidad por parte de su papá.

"Vi a los niños como patos que andaban por una charca y un rebaño de vacas rodeándolos, así que eran blancos fáciles para mí”, aseguró durante el juicio.

Uno de los primeros heridos fue Chris Stanley, un niño de 9 años que salvó su vida debido a que Burton Wragg, director del colegio, protegió al menor con su cuerpo y murió en el lugar.

También resultó herido Mike Suchar, el vigilante que ayudó al director a evacuar a los niños.  Ambos fueron las únicas víctimas mortales del suceso.

Por el grado de violencia y agresividad que había en ella, decidieron internarla en un centro para enfermos mentales. Pero su padre se opuso, después de ser condenada a cadena perpetua revisable, en una institución penitenciaria para mujeres en Corona, California.

Su odio a los lunes

Richard Sachs, fiscal del distrito adjunto del condado de San Diego, describió a Brenda como una joven con una “incapacidad para lidiar con el estrés y una inclinación desmesurada a actuar con ira”. Por su parte, los psiquiatras le diagnosticaron una lesión del lóbulo temporal del cerebro, al parecer causado hace años por un accidente de bicicleta.

Tras ser condenada a cadena perpetua, le preguntaron por qué lo había hecho, a lo que ella respondió: “No me gustan los lunes. ¡Son tan aburridos! Solo lo hice para animarme el día” fue una de las declaraciones que Brenda Spencer, presentó ante el juzgado.

Poco después de la masacre, el grupo The Boomtown Rats compuso una canción titulada ‘I don’t like Mondays’ (No me gustan los lunes) inspirada en aquella tragedia. Aparte de Bon Jovi y Tori Amos, la canción apareció en series de televisión de renombre como Dr. House.

A sus 53 años, Brenda continúa recluida en la cárcel de Corona, a la espera de poder conseguir la libertad condicional.

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