El nombre del arqueólogo y antropólogo mexicano Eduardo Matos Moctezuma, que entre otros logros descubrió el monolito de la Coyolxauhqui en Templo Mayor, cuya imagen quedó inmortalizada en la acuñada entre 1982 y 1984, resonó esta semana tras haberle sido otorgado el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2022.

Matos Moctezuma es impulsor de investigaciones que han permitido profundizar en la historia del imperio azteca y reconstruir las civilizaciones de México y Mesoamérica.

Erudito y promotor del mundo prehispánico mexicano, así como gran divulgador de este campo de conocimiento, Matos Moctezuma (Ciudad de México, 1940) es el fundador del Proyecto Templo Mayor, en el que se han llevado a cabo labores de excavaciones arqueológicas de este recinto sagrado de la antigua Tenochtitlan, ciudad sobre la que se asienta la actual capital mexicana.

Matos Moctezuma ha desarrollado su trabajo de campo en sitios arqueológicos como Comalcalco, Tepeapulco, Bonampak, Teotihuacán, Cholula, Tula, Tlatelolco y Tenochtitlán, entre otros.

Entre los proyectos más relevantes que ha dirigido se encuentran la investigación integral de la Tula prehispánica, colonial y moderna, que dirigió en la década de los setenta; Teotihuacán, donde excavó la Pirámide del Sol y fundó el Museo de la Cultura Teotihuacana y el Centro de Estudios Teotihuacanos, y la ciudad de Tenochtitlán, su recinto sagrado y el Templo Mayor, cuyo descubrimiento y proyecto coordinó desde sus inicios en 1978.

Todos estos trabajos, según ha resaltado el jurado que le ha concedido el premio, constituyen, "por la intensidad y la continuidad de la investigación de campo, páginas ejemplares del desarrollo científico de la arqueología y del diálogo fecundo con el pasado, entre culturas distintas y entre las ciencias sociales y humanas", y han servido "para reconstruir las civilizaciones de México y Mesoamérica, y para hacer que dicha herencia se incorpore con objetividad y libre de cualquier mito".

Doctor por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Matos Moctezuma fue catedrático de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) durante más de treinta años, donde impartió Arqueología General, Desarrollo de las Sociedades, Mesoamérica e Historia de la Arqueología, además de dirigir el Seminario Regional Mexica y el Laboratorio de Materiales e Historia de México.

Además, ha sido director del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social del Museo Nacional de Antropología y del Museo del Templo Mayor, y ha impartido cursos y seminarios en instituciones de diversos países.

Destacado divulgador, el arqueólogo es autor de más de quinientas publicaciones, entre artículos, reseñas, catálogos, guías y semblanzas, y entre sus libros destacan Muerte a filo de obsidiana (1975), Vida y muerte en el Templo Mayor (1986), Los aztecas (1989), La metrópoli de los dioses (1990), Teotihuacán (1994), Las piedras negadas (1998), La muerte entre los mexicas (2010), Grandes hallazgos de la arqueología. De la muerte a la inmortalidad (2013) o, el último, Tlatelolco. La última ciudad, la primera resistencia (2021).

Matos Moctezuma, quien también ha desarrollado varios programas para acercar los contenidos a los menores y a personas con discapacidad y ha dirigido varias exposiciones, es doctor honoris causa por la Universidad de Colorado y la Universidad Nacional Autónoma de México y ha sido merecedor de múltiples premios y distinciones.

Caballero de la Orden Nacional al Mérito, de la Orden de las Palmas Académicas y Oficial de la Orden de las Artes y las Letras de Francia, Matos Moctezuma ha recibido la Medalla Henry B. Nicholson de la Universidad de Harvard (2002), el Premio Nacional de Ciencias y Artes de México (2007), la Orden Andrés Bello de Venezuela y la Medalla Museo de Antropología de Xalapa de la Universidad Veracruzana (México, 2021), entre otros reconocimientos.

La candidatura de Matos Moctezuma fue propuesta por Adolfo Castañón, secretario de la Academia Mexicana de la Lengua, Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2000, y por Enrique Graue Wiechers, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2009.

Matos Moctezuma toma el relevo como Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales del economista indio Amartya Sen, que el año pasado fue distinguido por sus trabajos sobre la teoría de la elección social, el desarrollo humano y el bienestar económico.

Cuánto vale la moneda de la Coyolxauhqui

La moneda Coyolxauhqui es una de las más comunes debido a que se fabricaron alrededor de 170 millones de piezas, no obstante se produjeron ejemplares en acabado espejo en 1983, con un total de 1,051 piezas, que tienen un valor de 55 dólares (1,100 pesos), y en 1984, año del que sólo se conoce de la existencia de cuatro monedas proof, por lo que su valor se puede elevar hasta los 15 mil pesos.

En promedio, las monedas comunes de esta denominación tienen un valor a partir un dólar, unos 20 pesos al tipo de cambio actual, hasta los 7 dólares, unos 140 pesos, para ejemplares sin circular y en perfecto estado de conservación, de acuerdo con el catálogo .

Existen cuatro monedas fabricadas en 1984 con acabado espejo que forman parte de la acuñación de la con la imagen de la Coyolxauhqui, las cuales tienen un valor de 750 dólares, equivalente a 15 mil pesos, y que son extremadamente difíciles de encontrar.

Las monedas de acabado espejo, también conocidas como proof, son fabricadas como piezas de colección, por lo que no circulan libremente para realizar transacciones.

En 1982 se acuñaron 222 millones de estas monedas, en 1983 fueron 45 millones, y en 1984 un total de 75 millones de piezas.

Por su abundancia, se trata de una de las monedas conocidas como “del kilo”, ya que puede ser más rentable venderlas por su contenido de cobre y níquel.

En su parte frontal, la moneda presenta al centro el Escudo Nacional en relieve escultórico, con la leyenda Estados Unidos Mexicanos en semicírculo en la parte superior.

En su reverso presenta un grabado de la diosa azteca de la luna, Coyolxauhqui, con el símbolo $ y la denominación 50 del lado derecho.

Debajo de la denominación aparece el año de acuñación y el símbolo de la Casa de Moneda.

En semicírculo del lado izquierdo se lee las inscripciones Coyolxauhqui y Tempo Mayor de México.

Remata el anverso una gráfica en forma de greca que remata verticalmente en la parte superior e inferior.

Su forma es redonda, su diámetro es de 3.5 centímetros y su peso de 19.8 gramos, con canto estriado.

Esta moneda está desmonetizada desde 1992 por pertenecer a la unidad monetaria de los viejos pesos y su valor actual equivaldría a 5 centavos.

Qué es la Coyolxauhqui

El 21 de febrero de 1978 se descubrió en el corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México la pieza escultórica emblemática de la cultura mexica, la Coyolxauhqui.

La deidad, relacionada con la luna, es una de las pocas esculturas tenochcas que muestran la desnudez femenina.

El monolito se encuentra en el Templo Mayor de la Ciudad de México, a un costado de Palacio Nacional y de la Catedral Metropolitana.

La diosa aparece desnuda y desmembrada, porque aludía a una de las últimas etapas de la derrota de los enemigos, que consistía en despojarlos de sus ropas.

Según el mito, Coyolxauhqui era la dirigente del grupo Huitznahua, uno de los barrios que salieron de Aztlan, quienes al llegar al cerro Coatepec se enfrentan a Huizilopochtli, su hermano, quien los derrota y a ella la decapita y arroja, quedando desmembrada al pie del monte.

De casi 8 toneladas y 3.25 metros de diámetro, la pieza prehispánica ya era mencionada en las crónicas de Diego Durán, Tezozómoc y fray Bernardino de Sahagún, como parte del panteón mexica.

Fue hasta la década de los años 70 cuando se descubrió la más grande de las seis esculturas de la deidad que hasta el momento se han hallado.

El descubrimiento lo realizó de manera accidental una cuadrilla de la Compañía de Luz y Fuerza que laboraba a más de dos metros de profundidad en la esquina de las calles de Guatemala y Argentina.

La escultura estaba cubierta por arenilla y un equipo de arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) la desenterró luego de permanecer en el subsuelo por 500 años.

Este hallazgo detonó el Proyecto Templo Mayor, encabezado por el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, a partir del cual surgieron nuevos descubrimientos de representaciones de la diosa lunar.

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