Entre el domingo 24 y el sábado 31 de marzo se conmemorarán las celebraciones religiosas de la Semana Santa, en un periodo que abarca del Domingo de Ramos y el Domingo de Resurrección.

A diferencia de otras fechas del catolicismo como la Navidad o las celebraciones de los santos esas fechas nunca son exactas.

La razón se encuentra en la Luna y sus etapas de crecimiento, así como en las tradiciones de la comunidad judía.

De acuerdo con portales especializados en la fe católica, el cálculo se estableció en los primeros cuatro siglos después de Cristo.

Se trató de establecer el periodo más cercano a lo que dice la historia sobre la crucifixión y a su cercanía con la celebración de la Pascua Judía.

Así, el año litúrgico, no tiene que ver con el calendario de días y meses, sino con el lunar y las estaciones del año marcadas por la Tierra y el Sol.

Según la historia, la noche en la que el pueblo judío huyó de Egipto atravesando el Mar Rojo ocurría en la Luna llena y era la primera después del inicio de la Primavera.



Por otro lado, se cree que en el Jueves Santo previo a la crucifixión de Cristo también estaban cerca de esa Luna llena, es decir, la que ocurre entre los meses de abril y marzo.

Lo que acordó la iglesia Católica fue que el Domingo de Resurrección sea el domingo posterior a la primera Luna llena de la Primavera.

Un domingo antes de la Resurrección se celebra el de Palmas, 40 días previos marcan el Miércoles de Ceniza y un día antes los festejos paganos consideran el Martes de Carnaval.

Otras fechas marcadas con estos cálculos son La Ascensión del Señor,  Pentecostés y la Fiesta de Cristo Rey para los que existen calculadoras como la de este portal.

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